«Yo soy la literatura», anotó Kafka en sus diarios. Esta afirmación enigmática y radical evidencia la compleja relación entre la vida y la obra de uno de los grandes autores del siglo pasado. Escritor dotadísimo, marcado por su fragilidad, por una extraordinaria finura espiritual, por su desbordante talento, y dividido entre la voluntad paterna de convertirlo en empresario y cabeza de familia y su propio deseo de consagrarse a unas pocas páginas que lo satisficieran, cobra vida en esta biografía que nos reafirma en la idea de que en él se condensa todo el siglo xx. Reiner Stach, que dedicó más de una década a la escritura de esta obra monumental, aclamada como la biografía definitiva de Kafka, combina con destreza la rigurosa investigación biográfica e histórica con la profunda comprensión de la vida y la obra del escritor praguense, y nos ofrece una recreación vívida y literaria del mundo, en sus detalles, de este autor ya imprescindible.
Segundo volumen de este monumental intento de establecer una filosofía de la Historia.
Editada por primera vez en España en 1923 y precedida de un prólogo de Ortega, esta obra, abundante en datos, teorías, reflexiones, etc., plantea la hipótesis de que Occidente no lo es todo, y que se acaba. Para Spengler la Historia está habitada de seres/culturas que nacen, crecen, se multiplican y mueren. Quizá la lectura ayude a responder alguna de las cuestiones que Ortega plantea en su texto: «¿De qué modo puede sucumbir una cultura que no sea por propia detención…?». Una obra magistral que ha trascendido al tiempo.
"La decadencia de Occidente" se editó por primera vez en España en 1923. Oswald Spengler había comenzado a escribir esta obra cuando la Primera Guerra Mundial interrumpió su tarea, y claro, la extendió, en varios sentidos. Ortega firma el prólogo de la edición española y escribe, casi de paso hacia otra reflexión: «… la guerra mundial, que no ha sido tan mundial como se dice…»; con ello se hace eco del punto de vista/palanca que el autor propone como explicación de su trabajo: Occidente no lo es todo y, además, se acaba. Y lo demuestra. Spengler maneja una ingente cantidad de información: baraja números, música, catedrales e hipótesis científicas con lo mágico, el sino y las eternas preguntas sin respuesta del hombre; sitúa su luz sobre los hechos en ángulos distintos de los acostumbrados y alumbra diferentes aspectos de las mismas cosas. Para él la historia está habitada de seres/culturas que nacen, crecen, se multiplican y mueren. Un monumental intento de establecer de establecer una filosofía de la Historia que establezca un marco global de comprensión de los hombres y las sociedades en el transcurso del tiempo.