De pronto la palabra trauma está en boca de todos, lo que conduce a un uso exagerado de la misma y con ello también a su banalización. Sin embargo, este fenómeno es simultáneamente la manifestación de que una nueva comprensión es útil y acorde con la época en que surge. Por fin se puede nombrar y explicar algo que antes no tenía un nombre y que, al mismo tiempo, es responsable de las heridas más profundas del alma humana. Solo entonces pueden aparecer posibilidades de un tratamiento exitoso. Integradas en un trabajo terapéutico cuidadoso y responsable, las constelaciones sistémicas pueden ser una valiosa aportación al tratamiento del trauma, con un acompañamiento sistémico profesional y ante testigos propicios. Este libro reúne aportaciones, enfoques y artículos internacionales alrededor de los temas esenciales del trabajo de constelaciones en relación con el trauma personal. Los textos abordan los diferentes tipos de trauma, intervenciones específicas para el trauma dentro de constelaciones y su combinación con otros métodos, así como la prevención del trauma secundario. El aspecto espiritual del trauma cierra esta visión de conjunto y la completa.
¿Cómo fue la evolución de la humanidad? ¿Cuáles fueron los factores que influyeron en dicha evolución? ¿Por qué unos pueblos avanzaron hacia la"civilización"y otros quedaron estancados? El profesor Jared Diamond cuestiona la prepotente visión occidental del progreso humano y demuestra que las diversidades culturales hunden su raíces en las diversidades geográficas, ecológicas y territoriales ligadas a cada caso concreto. La narración se sitúa trece mil años atrás. En aquella época, los pobladores empezaron a tomar rumbos diferentes en el desarrollo de las sociedades humanas. La pronta domesticación de los animales y el cultivo de plantas silvestres en el"creciente fértil", (China, Mesoamérica, el sureste de los actuales EE.UU. y otras zonas) otorgó una ventaja inicial a los habitantes de estas regiones.
La sociedad decadente revela lo que sucede cuando una sociedad rica y poderosa detiene su avance, y cómo la combinación de riqueza y dominio tecnológico con el estancamiento económico, la parálisis política, el agotamiento cultural y el declive demográfico crean una especie de «decadencia sostenible».
Muchos de los descontentos actuales, así como el devenir absurdo y errático que caracteriza a la realidad ?desde los transbordadores espaciales en tierra hasta los villanos de Silicon Valley, desde el cine y la televisión de insulso reciclaje hasta el escapismo mediante el consumo de drogas o la realidad virtual?, reflejan un sentimiento de futilidad y decepción, de que los caminos que nos quedan por recorrer llevan únicamente al ocaso. En este escenario tememos a la catástrofe, pero en cierto modo también suspiramos por ella, porque la alternativa es aceptar que somos decadentes de forma constante.