Siguiendo la huella de los canes cervantinos, Cipión y Berganza, y de las perras Fina y Franca de Rosario Ferré, Lina Meruane organiza en este ensayo-ficción su propio coloquio sobre las tensiones que asaltan a los feminismos contemporáneos. Sus perras callejeras –la vieja quiltra chilena #Lina# y la joven chucha española #Luna# –debaten qué implica la liberación de los cuerpos: tener o no crías, exaltar o no la desnudez, aceptar y practicar las transiciones de toda especie, e incluso legitimar el perreo vis a vis una violencia sexual, sicológica y simbólica todavía impune dentro y fuera de los libros.
Este diálogo desenfadado, a ratos un fiero contrapunteo generacional, es, sobre todo, un alegato a favor del examen crítico y de la refutación en vez de la cancelación de los argumentos adversos.
«La historia se ha acelerado a un ritmo vertiginoso, que amenaza el futuro de la raza humana», nos dice Eric Hobsbawm, que no sólo es el historiador más leído en el mundo, sino uno de los pensadores más influyentes de la izquierda. Hobsbawm nos habla en estas páginas de los grandes problemas a que nos enfrentamos: la guerra, la paz y las posibilidades de un orden mundial, del proyecto imperial de los Estados Unidos y de cómo «un grupo de políticos locos pretenden implantar su propia versión de la supremacía mundial», de los efectos de una globalización que acentúa las disparidades en el mundo, de la crisis del estado-nación, de las inmigraciones, el racismo y la xenofobia, de los peligros que nacen del miedo irracional al terror político o de las dificultades de mantener el orden público en un mundo violento en que circulan 125 millones de rifles de asalto. Problemas analizados por desde una perspectiva a la vez crítica y esperanzada, que contrasta con la mediocridad del pensamiento único que nos invade.
En «Ser mujer» encontrarás hechos de la vida real, la real «Total Trasparencia de Vida», por esto de que todas queremos tener vidas como en las «no verlas» (telenovelas). Todo lo que está escrito aquí me aconteció a mí y a varias amigas, colaboradoras en el ámbito doméstico y conocidas que, como mujeres, amigas, esposas y madres, buscamos agradar a Dios en nuestro accionar. Tienes la oportunidad, hombre y mujer que me lees, de permitir a Dios cambiar tu manera de pensar a través de tantos relatos; que si permites que Dios pueda hablar a tu vida, sé que ella cambiaría. Dale una oportunidad al consejo que en la multitud de consejos habita la sabiduría.