Este Breve diccionario de la Biblia, obra de referencia desde su primera publicación en castellano en el año 1976, incluye entradas relativas a cada uno de los 72 libros de las Sagradas Escrituras y ofrece una clara visión de conjunto, sin omitir detalles importantes y evitando una fácil superficialidad, de modo que en un espacio reducido se satisfacen todas las necesidades de un trabajo bíblico práctico.
Este libro es un ajuste relativo de cuentas con Lacan en la época de esplendor del estructuralismo, allá por los inicios de la década de los setenta. Partiendo del convencimiento de que "Edipo no sirve absolutamente para nada", Deleuze y Guattari se impregnan de la atmósfera cultural del periodo, en especial del Foucault de Las palabras y las cosas, y afirman que la invención del hombre por el orden burgués de que habla este último puede comprenderse mejor a partir del análisis de los mecanismos de producción del hombre en la sociedad actual, es decir, a partir de la disección de la máquina social capitalista que los autores acometen mediante el procedimiento de descodificación-territorialización.
El científico rumano Mircea Eliade fue uno de los grandes universalistas en ciencias de las religiones del siglo XX. De sus más de cuarenta títulos que abarca su obra científica, Historia de las creencias y de las ideas religiosas presentada en cuatro volúmenes es su aportación más destacada. Desde la época de los descubrimientos hasta nuestros días es el último tomo. Poco antes de su muerte, Eliade pidió que se llevara a buen término su obra.Sin embargo,murió dejándola inacabada. Se decidió, entonces, convocar a acreditados especialistas para escribir este libro según las directrices temáticas y la línea de investigación de Eliade. Concebido como un volumen independiente, este tomo incluye el estudio de las religiones autóctonas de Australia, Oceanía, América del Sur, Central y del Norte, Japón, China, Indonesia y África Occidental. A ellas se deben conceptos tan fundamentales como mana, tabú o fetichismo. Además, concluye con un capítulo sobre la creatividad religiosa y la secularización en Europa desde la Ilustración.