En su poética descripción de la utopía, Eduardo Galeano juega con la paradoja de que cuanto más nos intentamos acercar a su horizonte más se aleja ella de nosotros. ¿Para qué sirve, entonces? Para seguir caminando, concluye el escritor uruguayo. En La ética del paseante y otras razones para la esperanza, el término ética alude a un refugio del ser humano. Y la esperanza se construye con las manos de la memoria, porque todos somos paseantes de su territorio mientras avanzamos hacia nosotros mismos deambulando por cualquier lugar.En cierto modo, el cuerpo es al alma lo que las palabras son a las ideas, así que tal vez, como sostiene el autor de este interesante ensayo, haya que transitar un poco por el pasado para poder seguir avanzando hacia el futuro. El mejor antídoto contra la indolencia que algunos proponen y la indecencia que otros disponen reside en la incuestionable capacidad que tenemos para poder pasear sosegadamente sobre lo que fuimos, imaginando lo que seremos. Somos memoria y lenguaje, ilusión y conciencia, un sitio inquieto al que llegamos para seguir caminando. Y, por tanto, una esperanza cargada de razones ante la permanente disyuntiva de partir o partirse.
Este no es un trabajo hecho al azar, o con prisa, sino elaborado con las intención que sea de provecho, no solo a personas católicas, sino también a creyentes de diferentes doctrinas.
Hay ciudades que al nombrarlas estamos en ellas y las inventamos según la medida de nuestros deseos. José Carlos Llop ha ido a Vladivostok tantas veces como ha escrito su nombre; allí en tiempos finalizaba el Transiberiano; por ella se acuerda de Blaise Cendrars o de Miguel Strogoff, el correo del zar que, según Jules Verne, debía entregar su carta en Irkutsk y nunca llegó a Vladivostok. Puede ser una ciudad imaginaria, en la que se vean reflejados nuestros deseos, ensoñaciones y anhelos. La atmósfera literaria de estos artículos recogidos en Vladivostok, antología de sus «Terceras» publicadas en ABC entre 2006 y 2017, destaca por un estilo elegante y una ironía delicada e inteligente.