A partir de la idea del cambio -de la persona, la familia, la educación, los barrios, los gobiernos o las relaciones-, McLuhan y Fiore exploran, sondean y analizan nuestro mundo con sagacidad, ejemplos y humor, mirando ávidamente a su alrededor para ver que ha pasado y por que. La conclusión, finalmente, acaba revelando cómo el medio, o el proceso de nuestro tiempo -la tecnología electrónica-, ha remodelado y reestructurado los patrones de la interdependencia social y todos los aspectos de la vida privada.
En las cuatro breves piezas que componen este volumen, entramos en el universo más personal de Jordi Soler. A través de sus páginas, escritas desde la orilla celeste del agua, reflexiona sobre la música y el silencio; traza una cartografía del enamoramiento y sus vasos comunicantes; critica la era tecnológica y la pérdida progresiva de los espacios para la introspección y el pensamiento; reivindica el aquí y el ahora; defiende la mirada activa, el diálogo; evoca lecturas, discos, películas, poemas, piezas de la memoria: historias en el mar de historias. La orilla celeste del agua es, en fin, un valiente alegato contra un devastador modus vivendi anclado en exceso en las nuevas tecnologías y en la hipervelocidad del siglo XXI; una lúcida reivindicación de la realidad que está fuera de los mapas.
El hombre que confundió a su mujer con un sombrero se convirtió inmediatamente en un clásico y consagró a Oliver Sacks como «uno de los grandes escritores clínicos del siglo» (The New York Times). En este libro, Sacks narra veinte historiales médicos de pacientes perdidos en el mundo extraño y aparentemente irremediable de las enfermedades neurológicas. Se trata de casos de individuos, aquejados por inauditas aberraciones de la percepción, y que, sin embargo, poseen insólitos dones artísticos o científicos. El doctor Sacks relata estos casos con pasión humana y gran talento literario. Son estudios que nos permiten acceder al universo de los enfermos nerviosos y comprender su situación. Como gran médico, Sacks nunca pierde de vista el cometido final de la medicina: «el sujeto humano que sufre y lucha». «El doctor Sacks nos muestra el formidable poder de nuestra mente y su delicado equilibrio» (Sunday Times); «Un libro para recomendar a todos: médicos y enfermos, lectores de novelas y de poesía, cultivadores de psicología y de metafísica, vagabundos y sedentarios» (Pietro Citati).