¿Cómo morir? La pregunta suena de mal agüero en nuestra frenética actualidad. Vivimos como si no fuéramos a morir. Y, sin embargo, hemos de afrontar el tema cuanto antes mejor, gracias a la ayuda de la filosofía. Frente al miedo a la muerte, el estoicismo nos propone una liberación: no miremos para otro lado. Séneca nos dice que para no temer a la muerte es necesario tenerla presente, que «se niega a vivir quien se niega a morir».
El gran filósofo de Roma se esforzó en combatir el temor a la muerte al igual que hicieron los demás pensadores estoicos. En sus Cartas a Lucilio defendió, con una convicción, coherencia y elegancia nunca antes vistas, ideas que aún chocan con nuestra mentalidad: que el morir no es un mal, que es necesario pensar en la muerte en todo momento, sin dramas, sin tabúes, que podemos mirarla a la cara incluso como un refugio…
En El estilo literario de Marx, el poeta y filósofo venezolano Ludovico Silva sostiene que gran parte de la confusión en torno a la obra del barbudo de Tréveris se debe a la incomprensión de su modo de expresión literaria. A través de meticulosas lecturas de pasajes clave de su producción intelectual, Silva aísla los elementos clave en el estilo de Marx: su búsqueda de una unidad «arquitectónica» en el nivel del texto, su capacidad para expresarse dialécticamente en el nivel de la frase y, sobre todo, su gran don para la metáfora. La sensibilidad única que muestra Silva hacia las elecciones literarias de Marx le permite iluminar una serie de términos que han sido persistente, y fatalmente, malinterpretados por muchos de los lectores más influyentes de Marx, incluyendo alienación, reflexión, y base y super estructura. El núcleo argumental de este libro es que no podemos esperar entender a Marx si lo tratamos como un científico, un filósofo o un escritor literario, pues en realidad era las tres cosas al mismo tiempo.