El 4 de mayo de 1976 se publica el primer ejemplar de El País, con un porvenir incierto en una España que todavía despierta de una larguísima posguerra y de la muerte de un dictador, una España encogida y ausente de Europa.
Lejos ya de aquellas zozobras, hoy El País es el principal periódico español, uno de los grandes de Europa y un ejemplo de periodismo. Lo que hay entre medio son cuarenta años de la vida de nuestro país, años de profundos cambios y transformaciones. Pero no es éste un libro sobre la reciente historia política o social de España, sino una hermosa crónica nostálgica y humana de un ideal y de una empresa a lo largo de todo este tiempo, sin resentimientos ni rencores, tan llena de evocaciones y anécdotas que se lee como una novela, con personajes de carne y hueso que todos conocemos y admiramos por haber sabido mantener su amor a la libertad y al periodismo.
Biografía del autor más popular y el cronista más carismático de la literatura argentina de la segunda mitad del siglo XX.
La vida del escritor que amaba a los gatos, el fútbol y la noche.
Cuando a fines de 1982 se conocieron en Buenos Aires las novelas Cuarteles de invierno y No habrá más penas ni olvido, publicadas en Europa durante su exilio en Bruselas y París, Osvaldo Soriano se convirtió en una celebridad: desde entonces cada uno de sus libros encabezaría los rankings de ventas. Hijo único de un funcionario de Obras Sanitarias y de un ama de casa, hincha apasionado de San Lorenzo, es hoy un referente mundial de la narrativa futbolera. A los veinte, mientras era sereno en Metalúrgica Tandil, su pasión se expandió al cine, el periodismo y la literatura, y así pasó de los medios locales a redactor estrella del diario La Opinión. Personaje entrañable, cronista brillante y protagonista central de Página/12, fue también un polemista enérgico. "A la literatura argentina le falta épica y sentido del humor", desafiaba, y eso abunda en sus historias: el gusto por la aventura, las causas perdidas, la rebeldía y la amistad.
Anécdotas y reflexiones fascinantes de una cantante wagneriana argentina de sangre irlandesa y alma germana que fue amada y aplaudida en Europa. Un aporte a la historia cultural de la segunda mitad del siglo XX y una celebración del arte como salvación.
Margarita Kenny (Venado Tuerto, Argentina, 1915-2008) fue una cantante de ópera que debutó en el Teatro Colón de Buenos Aires en 1943. Al tiempo que se producía el ascenso del coronel Perón al poder, partió a Filadelfia a perfeccionarse y de allí saltó a una Europa de posguerra que, conforme ella demostraba su talento, le abrió paso a los escenarios más prestigiosos de la lírica internacional, especialmente, el de la Ópera de Viena, que la aplaudió por veinte años. Mezzosoprano en los inicios de su carrera, soprano dramática en su consagración, el repertorio wagneriano fue su marca: decía de sí que su sangre era irlandesa, su corazón argentino y su alma germana. Mimada de la nobleza europea en general y de la familia Wittgenstein (era íntima de Paul) en particular, antes de dejar la Argentina había trabajado como periodista en El Hogar y columnista en radio El Mundo.