¿Por qué, en los momentos más avanzados tecnológica y científicamente, vivimos una crisis mundial? ¿Qué consecuencias tiene para el desarrollo de la economía internacional? ¿Cómo interfiere en la relación entre los países de desarrollos tan dispares? ¿Las macroeconomías afectan a nuestra vida cotidiana? Hay respuestas para todo, aunque no todas nos gusten.
Occidente, o mejor, la cultura occidental, encontró su fundamento en la expansión europea gracias a la cultura cristiana, de manera que el concepto de Occidente resulta inseparable de su sustrato cristiano. Sin embargo, el desprecio de sus raíces culturales se ha convertido en el primer motor de un proceso de decadencia de incierto final. Una deconstrucción que marcha a enorme velocidad desde que Estados Unidos se erige como la potencia globalista que se impone en Occidente, toda vez que la Unión Soviética, por su propia idiosincrasia, se destruyó a sí misma.
El dominio estadounidense en el mundo, que se ha venido asentando progresivamente desde el siglo XX, ha traído nuevas formas culturales y ajenas al cristianismo. Se trata de la supremacía hegemónica en forma de Nuevo Orden Mundial que se extiende por Occidente gracias al poder financiero y tecnológico de carácter global.
La correspondencia entre el poeta Joan Brossa (Barcelona, 1919-1998) y el artista Antoni Tàpies (Barcelona, 1923-2012) conforma una documentación íntima excepcional que permite conocer la extensa e intensa relación de amistad y de colaboración entre dos de los grandes referentes de la vanguardia artística y literaria catalana de la segunda mitad del siglo XX.
En diciembre de 1950, después de haber inaugurado su primera exposición individual en Barcelona, Antoni Tàpies se iba a París, becado por el Instituto Francés. El 15 de diciembre de 1950 escribía a su amigo Joan Brossa para explicarle sus primeras impresiones de la ciudad y comentarle cómo de importante era para él su amistad.
Es la primera de las cartas que constituyen el epistolario entre los dos creadores formado por 32 documentos que van de 1950 a 1991. Las cartas son un rico testimonio de la fascinación por París, la atmósfera asfixiante del franquismo, el descubrimiento de la amistad y la admiración mutua en un momento clave de la evolución de la obra creativa del poeta y del pintor.
Ochenta años después de que Isaac Asimov popularizara sus leyes de la robótica en el ámbito de la ficción, el investigador en regulación de la inteligencia artificial Frank Pasquale las ha actualizado para que nos ayuden a controlar a los robots y los algoritmos que han ocupado nuestra realidad. A partir de cuatro nuevas leyes de la robótica, este libro examina cómo las herramientas de IA se están aplicando en sanidad, justicia, periodismo o educación, a menudo anteponiendo el beneficio económico o el ahorro de personal al bien de los pacientes, la ciudadanía, los lectores o el alumnado. Y nos invita a reflexionar sobre cómo podemos hacer de las máquinas nuestras aliadas y no nuestras enemigas, para la construcción conjunta de un mundo más justo, menos desigual, un poco mejor.