Todo empieza con un trauma: el padre de Elizabeth muere cuando ella tiene sólo ocho meses. Cinco años más tarde, su madre es ingresada en un hospital psiquiátrico del que no volverá a salir. Ese trauma, esa sensación de haber llegado al mundo a destiempo y la necesidad de encontrar los términos exactos para expresar su malestar acompañarán a Elizabeth el resto de su vida y se convertirán en el motor de su obra poética, una de las más destacadas de nuestro tiempo.En este libro, la aclamada novelista Megan Marshall revela los aspectos menos conocidos de la vida de Bishop, esa poeta que apenas tuvo tiempo de aprender a escribir las palabras «soledad» y «duelo» antes de experimentarlas, pero que consagró sus días a la búsqueda de maneras de narrar y aliviar el dolor.Conforme rememora la vida de Bishop, Marshall que fue alumna de Poesía de aquélla esboza su propio retrato y descubre que su autobiografía está, como la de su maestra, llena de miedos, anhelos y traumas.
La escultura ha desempeñado un papel crucial en las prácticas religiosas de la humanidad a lo largo de la historia, sirviendo como un poderoso medio de expresión de creencias espirituales y conexión con lo divino. En el budismo japonés, las imágenes religiosas poseen un significado espiritual y sirven como puntos focales para la adoración, la meditación y la enseñanza.
Ahora podrás aprender a descifrar las estatuas budistas de manera sencilla a través de la observación visual. Con ilustraciones detalladas y explicaciones claras y sencillas, esta obra es la guía perfecta para adentrarte en la riqueza cultural y espiritual del arte budista. No dejes pasar la oportunidad de enriquecer tu conocimiento y tu alma con este libro imprescindible.
Publicado originalmente en 2005 con el subtítulo Mitos y símbolos de la Europa medieval, Figuras del destino permite el encuentro del lector con aquellas historias que adquirieron forma escrita en la Edad Media europea, antiguos mitos surgidos de un fondo pagano, céltico y germánico, que grandes escritores de los siglos XII y XIII, franceses y alemanes, consideraron dignos objetos de escritura y reflexión. Y así la historia narrada en esos mitos adquirió, en la cultura cortés y caballeresca, un estilo propio dentro del nuevo género de la época: el ciclo artúrico, lugar de confluencia de celtismo y cristianismo, paganismo y humanismo.