Como una Jane Jacobs moderna, la comisaria de transportes de Nueva York Janette Sadik-Khan transformó las calles de la ciudad para hacer sitio a peatones, ciclistas, autobuses y espacios verdes. Describiendo las batallas que libró para lograr el cambio, en su libro aporta consejos prácticos que otras ciudades pueden seguir para hacer que sus propias calles sean más seguras y dinámicas. Sadik-Khan consiguió lo que parecía imposible y transformó las calles de una de las ciudades más grandes y duras del mundo en espacios dinámicos y seguros para peatones y ciclistas, a través de un planteamiento drástico y eficaz. El simple hecho de pintar una parte de la calle para convertirla en una plaza o un carril bus no solo hizo que la calle fuera más segura, sino que también disminuyó la congestión y aumentó el tráfico peatonal, lo que mejoró los resultados de los negocios. La experiencia confirmó que si se sabe leer la calle, se puede hacer que funcione mejor, sin reconstruirla totalmente, simplemente reasignando el espacio que ya existe. Luchar por la calle demuestra, con imágenes paso a paso, cómo reescribir el «código fuente» subyacente de una calle. Incluye ejemplos de cómo esta nueva forma de interpretar las calles ya se ha abierto camino en todo el mundo, desde parques de bolsillo en Ciudad de México y Los Ángeles hasta calles más respetuosas con los peatones en Auckland y Buenos Aires, pasando por innovadores diseños de carriles bici y plazas en Austin, Indianápolis y San Francisco. Luchar por la calle deconstruye, reensambla y reinventa la calle, invitando a mirarla de formas que nunca habíamos imaginado.
En noviembre de 2008; mientras el derrumbe financiero global se profundizaba; la entonces octogenaria reina Isabel visitó la Escuela de Economía de Londres y sorprendió a los prestigiosos académicos allí reunidos con una pregunta inocente pero muy aguda: dada la magnitud de la crisis; ¿por qué nadie la había advertido? La pregunta fue directo al corazón de dos grandes fracasos: el del capitalismo occidental; que todavía no se ha recuperado; y el de los economistas; que no entendieron qué estaba pasando. Este libro trata sobre ese doble fracaso y propone salidas completamente innovadoras. Está claro que el sistema actual no funciona: los hogares están endeudados por no poder cubrir sus gastos básicos; el desempleo afecta cada vez a más jóvenes; se ahonda la brecha entre los que más y los que menos tienen; entre las burbujas del sector financiero y el estancamiento de la economía real. Necesitamos pensar otro capitalismo desde los cimientos; para que el objetivo no sea solo redistribuir sino crear riqueza y valor; en un ciclo virtuoso y sustentable.
Cómo los mongoles occidentales dieron forma a la primera globalización
Los mongoles son célebres sobre todo por una cosa: la conquista. Pero, en realidad, sus logros fueron mucho más allá de la guerra. Durante tres siglos, la Horda de Oro, la porción occidental del Imperio mongol que surgió tras la muerte de Gengis Kan, tuvo tanta influencia en el mundo como en otros tiempos la tuvo Roma, y dejó tras de sí un profundo legado en Europa, Rusia, Asia Central y Oriente Próximo, perceptible incluso hoy.
Marie Favereau nos sumerge en la épica historia de la Horda, que vertebró el intercambio de gentes e ideas a través de su extensísimo territorio. Su singular régimen político, con el poder repartido entre el kan y la nobleza, recompensaba a los administradores y diplomáticos hábiles y fomentó una economía próspera, organizada e innovadora que impulsó el auge comercial euroasiático de los siglos xiii y xiv. Desde su capital en Sarái, en el curso inferior del Volga, la Horda proporcionó un modelo de gobierno para Rusia, influyó en las costumbres y la estructura estatal de todas las culturas islámicas, difundió sofisticadas teorías científicas y practicó la tolerancia religiosa.
La Horda es la primera historia completa de uno de los imperios más influyentes de la historia, que, para muchos, sigue siendo un gran desconocido.
Finalista del Premio Cundill de Historia
Mejor Libro del Año para el Financial Times
Mejor Libro del Año para el Spectator
Mejor Libro del Año para Five Books