Acerquémonos confiadamente a nuestro Hacedor. La oración es una de las armas más poderosas con que cuenta el cristiano. Los creyentes conocen la eficacia de ella y es por eso que la toman muy de mañana. Con ella pelean cada día la batalla de la fe. Es, junto con la lectura de la palabra y el ayuno, la esperanza de los intercesores. Unas veces está llena de lágrimas, otras de gozo, pero siempre está llena de fé. El Padre se alegra cuando sus hijos oran y estos saben que sus ruegos serán escuchados.
Judith Butler es una de las figuras más destacadas del panorama filosófico actual. Su contribución a los estudios de género y la teoría crítica ha abierto espacios para el feminismo, la teoría queer y los estudios transgénero. Su decidida interrogación acerca de la vulnerabilidad constitutiva de la existencia humana, que apunta a una comunidad global más justa y no-violenta, ha marcado el debate político contemporáneo.
Muchos son los filósofos y escritores que Butler lee y relee con una libertad indesligable del carácter comprometido de su pensamiento. Al igual que los movimientos sociales le sirven para pensar e identificar los problemas, en sus lecturas busca elementos para su pensamiento ético-político y vías para mostrar que el “marco” de inteligibilidad vigente no es el único posible ni necesario.
"Lejos de ser una eventualidad extravagante y marginal, o un asunto que puede interesar sólo a los lógicos de profesión, el interminable "y así sucesiivamente" atañe de cerca a todo tipo de cogniciones, comportamientos prácticos, afectos. Con él tiene familiaridad ya el niño que pregunta por el motivo de cierto acontecimiento, y más tarde por el motivo de ese motivo, y aún más tarde el motivo de ese segundo y más fundamental motivo, etc., dando así lugar a una vertiginosa jerarquía ascendente de "porqués". El regreso al infinito es una suerte de refrain, familiar e inquietante a la vez, que acompaña, y en cierta medida condiciona, cualesquiera experiencias. Poco se comprende acerca de los modos en que nuestra especie se adapta (o no se adapta) a su propio contexto vital, como también acerca de los conflictos sociales y políticos que constelan su historia, si no se tiene en la debida cuenta el carácter expansivo de este fenómeno lógico lingüistico." PAOLO VIRNO
Un texto fundamental para comprender las vanguardias artísticas del s. XX
Zurich, 1916. En plena guerra mundial, las oscuras callejuelas y ruidosos tugurios de este ciudad suiza acogen a una nutrida flota de refugiados políticos, agentes secretos, jóvenes objetores renuentes a marchar al frente, artistas, literatos y poetas exiliados. Entre todos ellos, un grupo de amigos encabezados por el rumano Tristan Tzara da a conocer el movimiento Dada en una serie de manifiestos. Su lugar de reunión es el mítico Cabaret Voltaire, en el número 1 de la Spielgasse, frente al domicilio de Lenin y Krupskaia. Tzara, Arp y Schwitters, entre otros, juegan al ajedrez con el revolucionario ruso por la tarde, y por la noche se entregan a la rebelión espiritual contra una sociedad responsable de haber transformado Europa en una inmensa carnicería. Tal vez ningún otro movimiento espiritual haya pretendido renovar el arte y la literatura desde unos presupuestos tan radicales y subversivos como los que alientan en cada uno de estos siete manifiestos.
Robert Graves, célebre autor de Yo, Claudio o La hija de Homero, pone al alcance de todos, jóvenes y mayores, los mitos griegos, imprescindibles para comprender no sólo la civilización griega, sino también para disfrutar en toda su riqueza del arte y la cultura occidentales. Las entretenidas historias protagonizadas por dioses como Zeus, Hera, Hermes o Poseidón, o por héroes como Heracles y Perseo, se transforman, gracias a la maestría de Graves, en ágiles relatos llenos de sabiduría, en ocasiones hilarantes, en una obra destinada a acercar a los lectores a seres tan fascinantes como el caballo alado Pegaso, la hermosa Andrómeda, el cazador Orión o el centauro Quirón, y deleitarte con narraciones como las de Siete contra Tebas, Leda y el cisne, Orfeo y Eurídice, o las orejas del rey Midas.