El Romanticismo eligió Andalucía y reinventó su paisaje montañoso y multicolor, sus recónditas y arriesgadas sendas, sus misteriosas ruinas, el trazado peculiar de sus pueblos y ciudades, y, sobre todo, su ambiente vivo y popular, atrajeron la sed de aventura y la moda viajera de unos europeos que huían del racionalismo y la modernidad. El turismo de los inicios venía protagonizado por las élites británicas de las más ilustres universidades: intelectuales, historiadores, anticuarios o científicos que descubrieron un país ignoto con una historia milenaria, distinta y distante del turismo de masas de la actualidad.
Son «aventuras de interpretación personal y espiritual», una «intuitiva aproximación a un pensador que es a la vez sutil, entretenido, provocativo y no fácil de captar». Lejos de cualquier intención apologética, Merton quiere trasladar el temperamento filosófico de Chuang Tzu, que se caracteriza por su intento singular de penetrar el corazón de las cosas. Una aprehensión de la realidad que se ofrece en forma de meditaciones y poemas, de historietas, fábulas y anécdotas que, teñidos de humor y de ironía, constituyen una antología del pensamiento que corría por los círculos taoístas en los siglos IV y III antes de Cristo.
Movido por el dramático fin de su amigo Yukio Mishima, el orientalista y traductor Ivan Morris (1925-1976) abordó en " La nobleza del fracaso " una hermosa e interesante exploración de un rasgo hondamente arraigado en el carácter japonés chocante para los occidentales, regidos por un feroz pragmatismo y por la exaltación del " ganador " : la simpatía y el reconocimiento por los perdedores valerosos que anteponen su vida a la traición de sus convicciones e ideales. Así, y como una especie de reverso de su maravillosa recreación del universo de Genji en " El mundo del Príncipe Resplandeciente ", Morris pasa revista en esta obra a la vida de nueve de estos héroes trágicos (desde la del mítico y solitario príncipe Yamato Takeru, del siglo IV, a la del carismático Saigo Takamori, cuya memoria llegó hasta nosotros vía Hollywood como " El último samurái " ), para acabar con un último capítulo dedicado a los kamikazes que en la Segunda Guerra Mundial se inmolaron arrojándose contra los buques norteamericanos.