En Atlas de lo invisible, la premiada pareja del geógrafo James Cheshire y el diseñador Oliver Uberti redefinen lo que es un atlas. Al transformar enormes conjuntos de datos en ricos mapas y novedosas visualizaciones terminan descubriendo realidades que reflejan el presente y preven lo que llegará en los años venideros. Con un enfoque ameno y curioso, Cheshire y Uberti exploran los niveles de felicidad y ansiedad por todo el mundo; rastrean los cables submarinos y las torres de telefonía que nos conectan; examinan las cicatrices ocultas de los conflictos geopolíticos e ilustran como a nuestro planeta le afectan desde los huracanes hasta las peregrinaciones.
La Historia Natural es de vital importancia para los estudios histórico-artísticos pues, en su desarrollo, ofrece un amplio corolario del arte griego y del coleccionismo romano. Es pues, no solo un gran compendio de la sabiduría romana de la Alta Edad Imperial, sino un texto que recoge los hallazgos de toda una civilización, la grecolatina. Además, es un texto de enorme relieve para el desarrollo artístico del mundo occidental desde el Renacimiento, ya que el ejemplo de los artistas y sus obras sirvió para que los maestros de la Edad Moderna, reivindicasen el valor y el estatus del arte.
La traducción directa del latín se completa con un buen número de notas explicativas. Además, una extensa introducción estudia una serie de aspectos que ayudan al lector a comprender el contexto de la obra: la biografía del autor, el objetivo de sus escritos y su influencia en los siglos posteriores.
El libro que el lector tiene en sus manos es el fruto de un coloquio interdisciplinar, celebrado en Sevilla en octubre de 2022, en el que participaron estudiosos de distintas disciplinas (Filosofía, Historia, Filología) y épocas (Antigüedad, Medievo, Modernidad e, incluso, mundo actual) y que abordaron algunos de los temas clave para entender cómo surgió la idea de gobierno popular y qué dilemas acarreó la discusión de la noción de democracia. Entre los asuntos que este volumen propone a discusión, cabe subrayar los siguientes: la gestión de la racionalidad y la emotividad humanas; la ley y la justicia convencionales frente a la naturaleza; la noción participativa de ciudadanía; el feminismo y la perspectiva de género; la naturaleza y alcance de instituciones y magistraturas; el control del poder.
La revista fue, es y seguirá siendo hija y producto de su tiempo. De las circunstancias sociales, políticas y culturales de cada una de las épocas en que le tocó vivir. Y en todas, vivió la censura, incluso en la actualidad. Pero la revista es mucho más de lo que el espectador de a pie pueda presenciar una vez adquirida su localidad y se sienta cómodamente para presenciar el espectáculo. La revista es también todo el entramado escénico que latía tras las bambalinas. De interminables horas de elección de compañía, libreto, música y artistas. De agotadores ensayos y de airadas vedettes. De duras giras por provincias y de nervios el día del estreno. De aplausos y risas. De llantos y pensiones. De las mamás de la artista en el camerino, a estraperlistas sin pudor rendidos admiradores de la vedette de turno. De dimes y diretes en torno a la escultural estrella del espectáculo Eso y, mucho, muchísimo más, era la revista. Un género menospreciado por algunos al que Juan José Montijano a través de esta magnífica obra coloca en el lugar que siempre ha merecido.
Pocos escritores han tenido una vida tan paradójica como H.P. Lovecraft, el excéntrico y solitario «escritor de espantos» de Providence. Considerado por todos como el gran maestro del horror sobrenatural contemporáneo, fue «el príncipe oscuro y barroco de la historia del horror del siglo xx», en palabras de Stephen King. Sin embargo, Lovecraft murió en el más completo anonimato, sin haber visto editado en vida ni un volumen con sus narraciones. Fue un misántropo incurable, y sin embargo fue muy apreciado por todos los que le conocieron, y se vio rodeado por un círculo de fieles admiradores que lucharon denodadamente para rescatar su obra del olvido. Intelectualmente, fue un convencido materialista científico, aunque también se dejó seducir por teorías racistas seudocientíficas, ideas que abandonó en sus últimos años para convertirse en una especie de demócrata liberal que consideraba ineludible el advenimiento del socialismo en una era futura.
La imaginación liberal, publicada originalmente en 1950 y presentada aquí en una nueva traducción a nuestra lengua, es no solo una de las obras de crítica literaria y cultural más vendidas y aclamadas de todos los tiempos, sino también uno de los ensayos sobre política y sociedad más influyentes del último siglo, un conjunto de escritos en los que Lionel Trilling atisbó, como pocos lo han hecho, los dilemas de nuestro presente.
El autor examina en este clásico las promesas y los límites del liberalismo, entendido aquí el término en su acepción estadounidense, es decir, como progresismo. Desafiando la autocomplacencia propia de una ingenua creencia en la racionalidad, en el progreso y las panaceas de la economía y otras ciencias sociales, Trilling afirma la irreductible complejidad de la motivación humana y la inevitabilidad del conflicto trágico. Solo la imaginación, argumenta el autor, puede darnos acceso a la comprensión de estos reinos de la motivación y la tragedia humanas, y solo la imaginación puede fundamentar un liberalismo (progresismo, insistimos) reflexivo y considerado, en lugar de uno planificador y dogmático.