Nunca dejaremos de conocer a Dios, solo somos todos principiantes y cada uno aprende a conocerlo a su manera. Yo, con estas líneas, te cuento la mía para que puedas entenderlo desde mis ojos.
Desde una infancia marcada por sueños nobles, pasando por las heridas del maltrato, la maternidad valiente, el éxito empresarial y la inesperada batalla física que la llevó a una cama... Ella no escribe desde la derrota, sino desde la reconstrucción.
El origen de la palabra samurái 侍 cuyo significado es ‘aquel que sirve’, data del siglo VIII, si bien el inicio como clase social surge en el siglo X y se consolida en 1185 tras la victoria del clan Minamoto frente al clan Taira. Sin embargo, tendrían que pasar tres siglos, hasta el período Sengoku (1467-1568), para que estos leales caballeros al servicio de sus daimyo, vivieran su momento de máximo esplendor. En la época más violenta y caótica de la historia de Japón, su pericia y habilidad con las armas era tan necesaria como imprescindible para conquistar nuevos territorios, defender los propios y vencer en batallas y guerras. Pero los samuráis o bushi no solo eran expertos jinetes con extraordinario dominio del arco y la espada, también poseían una refinada educación y se regían por un estricto código ético y de honor cuya aplicación se convirtió en los pilares centrales de su modo de vida, que forma parte en la actualidad, del carácter y filosofía del pueblo japonés. Este libro reúne los tres códigos esenciales de la clase samurái: Go-rin no sho