Publicada originalmente en 1941, las numerosas ediciones de la Historia de la filosofía de Julián Marías son la mejor prueba de la continuada vigencia de esta obra ya clásica. En el prólogo a la primera edición, Xavier Zubiri vaticinó que esta obra representaría para los estudiantes «un instrumento de trabajo de considerable precisión, que les ahorrará búsquedas difíciles, les evitará pasos perdidos en el vacío y, sobre todo, les hará echar a andar por el camino de la filosofía». La presente edición incluye además un esclarecedor ensayo de Harold Raley sobre esta obra de Julián Marías.
Byung-Chul Han reflexiona en este ensayo sobre la crisis temporal contemporánea. Según el autor, no estamos ante una aceleración del tiempo, sino ante la atomización y dispersión temporal -a la que llama disincronía-. En la disincronía, cada instante es igual al otro y no existe ni un ritmo ni un rumbo que dé sentido y significación a la vida. El tiempo se escapa porque nada concluye, y todo, incluido uno mismo, se experimenta como efímero y fugaz. En consecuencia, la muerte es un instante más, un final a destiempo. Esto invalida la vivencia de la muerte, en Nietzsche y Heidegger por ejemplo, como consumación de una unidad con sentido. El presente libro sigue el rastro, histórica y sistemáticamente, de las causas y síntomas de esta disincronía. Pero también reflexiona sobre la posibilidad de una recuperación. El final del tiempo como duración narrativa no tiene por qué traer consigo un vacío temporal. Al contrario, da lugar a la posibilidad de una vida que no necesita de la teología ni la teleología, y que a pesar de ello tiene su propio aroma. Pero para ello es necesario un cambio. En palabras de Byung-Chul Han, «la crisis temporal solo se superará en el momento en que la vita activa, en plena crisis, acoja de nuevo la vita contemplativa en su seno.»
Este libro está dirigido a psicoterapeutas y gira en torno a cómo trabajar las emociones en el espacio psicoterapéutico, desarrollando paso a paso una metodología de intervención basada enteramente en la práctica clínica y aplicable a partir de cualquier modelo de trabajo terapéutico. Guía para la intervención emocional breve ofrece toda una serie de recursos para activar y desactivar las emociones en el transcurso de una sesión con el objetivo de «liberar un proceso terapéutico cuando los recursos habituales se han agotado». Así, se expone el procedimiento de actuación frente a las emociones básicas: la ansiedad, la rabia, el miedo, la pena y la vergüenza. Esta obra tiene un carácter práctico con el objetivo de facilitar la labor del terapeuta en la consulta. Combina de forma integrada diferentes enfoques psicoterapéuticos con el fin de conseguir un cóctel lo suficientemente intenso como para que se logre abrir la «ventana emocional» de los clientes y promover la abertura indispensable hacia el cambio y la resolución de los conflictos internos.