Éste no es un libro más, es el libro de la autoficción. Te orienta ante la duda: «¿Quiero escribir mi autobiografía o quiero escribir una novela que contenga aspectos de mi vida?». Ambas opciones forman parte de la autoficción. Este libro contiene las claves que te orientan paso a paso para escribir tu vida a tu manera, ya sea en un libro autobiográfico o llevada a la novela. Toda vida merece ser contada de alguna manera y en alguna dirección. Pero ¿la opción que quieres es la que necesitas? En Autoficción: escribe tu vida real o novelada Silvia Adela Kohan ofrece pistas para recrear tu mundo y «escribirte» en libertad, para enterarte de lo que te pasa y para la creación literaria. Es imposible discernir cuánto hay de imaginario en la narración de la experiencia vivida y cuánto de autobiográfico en una novela. El placer de escribir tu biografía está en la autoficción, el género actual, un territorio apasionante en el que el protagonista eres tú más los otros personajes que te habitan y pugnan por salir.
Todos nosotros somos, en esencia, aquello que leemos. Ese es el presupuesto del que parte Luis García Montero en este libro. Un principio difícilmente rebatible desde cualquier rincón de la cultura. Las lecturas a las que Federico García Lorca se acercó en su juventud le convirtieron en la persona que fue -hasta sus últimas consecuencias- y en símbolo de toda una época. Como uno de los escritores españoles más populares del siglo XX, sus obras son objeto continuo de estudio, su poesía resuena más allá de los libros y sus piezas teatrales han conocido multitud de puestas en escena a lo largo de los años. Lejos del mito del autor de genio innato y profundas raíces populares, su escritor, desde los más tempranos, reflejan un profundo conocimiento de la literatura clásica, de las obras de sus contemporáneos, además de un acercamiento intelectual a la cultura popular, tanto literaria, como musical o teatral. Como todo lector, el joven Lorca buscó en sus lecturas la manera de forjarse una identidad, no solo como escritor, sino también como individuo y como ser social. Este es, sin duda, uno de los más hermosos y fecundos ejercicios de la libertad que puede acometer el ser humano.
"¡Dios mío, ese grito!"
Un piolet y un grito desgarrador son los elementos que cargan de dramatismo el instante en el que Ramón Mercader acabó con la vida de Trotsky, una historia condenada a ser reconstruida mil veces, porque se ha convertido en uno de los mitos de nuestro tiempo. Pero ese momento es sólo un episodio más del fascinante devenir de la familia Mercader, narrado aquí como si de una de las grandes odiseas que caracterizan la novela moderna se tratara, y en el que no es Ramón, sino su madre Caridad, quien emerge como la figura principal de esta convulsa crónica del siglo XX.