Gilbert K. Chesterton (1874-1936) fue como personaje y persona casi tan interesante como escritor. De ahí que sean numerosísimos los testimonios, memorias y biografías relacionadas con nuestro escritor. Entre las biografías más interesantes dedicadas nunca a Chesterton, está esta de Ada Elizabeth Jones, más conocida como Mrs. Cecil Chesterton, quien redactó estas memorias en el Londres bajo los bombardeos de la II Guerra Mundial. Ella misma, que vio muchas veces los aviones nazis volar sobre la capital, tuvo que escapar de su casa, porque una bomba amenazaba arruinarla. Con evidente peligro, volvió a su domicilio para rescatar el manuscrito que hoy el lector tiene en su mano.
Las utopías han sido siempre un faro de esperanza al recrear la visión de sociedades perfectas y prometer un horizonte de igualdad y armonía. Sin embargo, cuando los paraísos terrenales han intentado materializarse, lejos de ser cielos despejados, a menudo se han revelado como «cielos con colmillos», donde el anhelado edén se ha transformado en un infierno. Con una perspectiva enriquecida por las Humanidades que abarca la filosofía, el arte, la literatura, el cine y la música, Emilio Lara demuestra que, aunque la realidad muestre sus fauces afiladas y devore los intentos de edificar un mund idílico, la promesa de un cielo terrenal sigue siendo un motor ideológico y emocional para la humanidad.
El vibrante relato de las guerras que marcaron el destino de Occidente.
«Emprended el camino para obtener la remisión de vuestros pecados, seguros en la indestructible gloria del Sagrado Reino». Estas fueron las célebres palabras que dieron inicio a uno de los acontecimientos más importantes de la historia de Europa. Era el 1095: Jerusalén llevaba cientos de años en manos musulmanas y los cristianos de Oriente eran vilipendiados por los seguidores de Mahoma. Tras siglos de dominación islámica, la prédica de Urbano II marcó el comienzo de las guerras religiosas por los Santos Lugares: las cruzadas.
El fervor desatado en Clermont y la promesa de la salvación llevó a miles de príncipes y monarcas de Occidente, pero también a piadosos cristianos corrientes e incluso a familias enteras a tomar la cruz y participar en las sangrientas luchas contra los enemigos de Cristo que se prolongarían durante dos siglos y abarcarían tres continentes. En Los cruzados, Dan Jones, uno de los historiadores que mejor conoce el periodo, nos ofrece el apasionante relato de las guerras medievales cuyos efectos se dejan sentir todavía hoy. Por estas páginas desfilan hombres y mujeres, cristianos de Oriente y de Occidente, sunníes, chiítas, árabes, judíos, bereberes, mongoles e incluso vikingos que, de un modo u otro, fueron protagonistas de estos conflictos.
Recuperamos Los cuatro libros, el canon, el texto fundamental en el que se basa lo que conocemos como filosofía confuciana.
Estos cuatro libros, que Confucio no redactó personalmente, son el canon de su escuela, también conocida como «de los Letrados». Frente al individualismo anarquizante del taoísmo, el confucianismo representa la dimensión social del hombre, cuya moralidad viene definida por el deber, la posición y la función, ya sea en la familia o en el Estado. Textos que demuestran que la historia y la cultura chinas son tan incomprensibles sin las doctrinas de Confucio como las europeas sin la filosofía griega y el cristianismo.
Hay en la experiencia de leer una felicidad y libertad que resultan adictivas. La lectura libera. Se extiende a leer la vida, a leer quiénes somos y en dónde estamos. Anima las conversaciones de lector a lector. Se contagia por los lectores en acción: padres, maestros, amigos, escritores, traductores, críticos, editores, tipógrafos, libreros, bibliotecarios y otros promotores del vicio de leer.
En el presente volumen, Judith N. Shklar nos ofrece un examen detallado de las diferentes tradiciones liberales y del papel de los derechos en la cultura política. El lector encontrará aquí un claro ejemplo de lo que la teoría política puede lograr cuando no se limita a operar en el terreno del análisis filosófico abstracto, sino que presta mucha atención a «la historia y las presentes realidades de nuestras instituciones». Se trata de una excelente ilustración del liberalismo por el que aboga la autora, un «liberalismo de los oprimidos», que busca poner coto a los poderosos, reducir todas las formas de desigualdad social y garantizar así las condiciones de la libertad para todos.
Un recorrido por la memoria familiar siguiendo las huellas geográficas, mentales y sociales de todo un siglo en nuestro país.
Tal vez el más difícil de los sujetos de estudio sea nuestra propia familia. Esta historia nace del relato fragmentado e interrumpido de los abuelos, pero también de la vivencia del conflicto como historiador del autor, Gutmaro Gómez, que es a la vez el hijo que vive el deterioro y la precariedad en la que viven sus mayores y el padre que ve como sus hijos mantienen y reproducen muchas de las claves heredadas del pasado a pesar de la distancia generacional y tecnológica.
Los descendientes nos ofrece una visión de conjunto de todo un siglo a través de los archivos, las imágenes, los recuerdos y las experiencias familiares, y trata de explicar, en definitiva, por qué la historia se ha convertido en un arma de polarización y de división política en nuestros días. El lector tiene en sus manos un tratado de recuerdos, de fronteras, de llamadas perdidas. Un mapa de las huellas geográficas, mentales y sociales de un tiempo, un país, un continente. Una historia de los afectos, de los miedos y los fracasos que se transmiten en el hogar. Una guía, un antídoto para el dolor de adentrarnos en los silencios, en las pistas falsas y mentiras que nos legaron nuestros seres queridos.
Rudyard Kipling encontró la perdición en los burdeles de la India colonial; Conrad descubrió en Borneo un destino hecho para los «hombres sin entrañas» y Graham Greene quedó atrapado entre nubes de opio en la decadencia de Saigón.
David Jiménez sigue las huellas de escritores legendarios que quedaron hechizados por la magia de Oriente, recorre los escenarios de sus libros y se embarca en una odisea para resolver el gran misterio. ¿Cuál es el secreto que ha empujado a viajeros, exploradores y escritores hasta el Este desde tiempos de Marco Polo?
El autor se adentra en la Birmania que George Orwell vivió como policía imperial; la China donde la mítica reportera Martha Gellhorn sufrió su «viaje al infierno» en compañía de Hemingway; o la Filipinas disparatada que describió Manu Leguineche.
Míticos hoteles de guerra, islas remotas, mundos perdidos y personajes fascinantes protagonizan un recorrido en el que Jiménez nos descubre qué permanece y qué se ha desvanecido del Asia que inspiró a las figuras de la literatura. El resultado es una aventura a través de un continente en ebullición, una travesía por lo más profundo de la naturaleza humana y una búsqueda, trepidante y obsesiva, del elusivo misterio oriental.