En la era de la tecnología portátil y la conexión ininterrumpida a internet, una de las mercancías más valiosas, y con las que se mueven cantidades ingentes de dinero, es la atención. Nuestra atención: nuestra propensión continuada a emplear el tiempo online y a responder a los estímulos que nos bombardean sin descanso: notificaciones, llamadas, anuncios, noticias, actualizaciones, sugerencias. A cambio de información y entretenimiento, entregamos nuestra atención a la economía de la red, y el mercado la transforma en un bien de alta cotización. Ahí fuera hay un ejército de programadores de webs, desarrolladores de software, estrategas de las redes sociales y publicistas que están dando forma a una de las industrias más poderosas y de mayor crecimiento del mundo.
Ahora bien, ¿a qué precio? En este ensayo, tan personal como riguroso, tan breve como incisivo, Julia Bell plantea las preguntas precisas para descifrar esta realidad en la que vivimos, y así atender a lo que estamos ignorando en este intercambio desproporcionado. ¿Qué perdemos cuando cedemos nuestra atención, y cómo podemos recuperarla? O dicho de otra manera: ¿cómo podemos transformar nuestra capacidad de atención en un elemento radical, transformador, y no abandonarnos a una distracción infinita al servicio del poder y el capital de las empresas tecnológicas?
Afrocentrismo, eurocentrismo, estudios caribeños... Para las fuerzas del nacionalismo cultural, prisioneras en sus campos respectivos, este libro audaz resuena como un grito de liberación. Hay, nos dice Paul Gilroy, una cultura que no es específicamente africana, americana, caribeña o británica, sino todo ello a la vez; la cultura del Atlántico negro, cuyos temas y técnicas van más alla del origen étnico o de la nacionalidad, y que es origen de una realidad nueva que, hasta el momento, nos había pasado inadvertida. El Atlántico negro no solo pone en entredicho las prácticas y los presupuestos de los estudios culturales, sino que enriquece la comprensión que teníamos hasta el momento de la modernidad.
«Mientras que otros apenas se mojan los pies, Gilroy se sumerge en El Atlántico negro hasta el fondo y regresa con genuinas riquezas.»
La región italiana que ostenta el récord mundial de nevadas diarias, el lugar del valle de la Muerte donde se ha registrado la temperatura más elevada del mundo, siembras de nubes en Canadá para reducir las granizadas, las avalanchas de arena en Sudán, el lago venezolano en el que caen relámpagos al menos 250 noches al año, la ciudad chilena donde nunca llueve y aquella en la que llueve 325 días al año…
Los fenómenos climáticos más extremos se suceden de una punta a otra del planeta. Desde huracanes hasta tormentas de arena, desde tormentas eléctricas hasta espectaculares nevadas y lluvias, este atlas explora tanto las curiosidades atmosféricas como la resiliencia de las personas que las padecen.