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LOS USOS DEL DESORDEN

En 1970, ante la incierta resaca dejada por el ciclo de protestas que había sacudido Occidente en 1968, Richard Sennett rastreó los orígenes de este malestar hasta las ciudades modernas en que moraban quienes lo padecían. Sería así como daría con el que sería uno de los principios rectores de todo su trabajo posterior: frente al afán regulador que había caracterizado toda la historia del urbanismo, la auténtica riqueza de las ciudades residía precisamente en el carácter caótico e incierto de su naturaleza desordenada, y solo las formas urbanas que fomentasen esta espontaneidad serían capaces de generar una comunidad política abierta, libre y vibrante. Cincuenta años después de su publicación, "Los usos del desorden" sigue siendo un texto fundamental para comprender la influencia que los espacios que habitamos ejercen sobre nuestro desarrollo personal y social, pero sobre todo para encontrar las vías por las que escapar de sus peligros reivindicando los efectos positivos que ciertas formas virtuosas de desorden pueden tener en nuestras vidas. Prólogo de Pablo Sendra
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LOS VALORES DE LA FAMILIA

¿Por qué el discurso de los valores de la familia fue fundamental para la revolución conservadora y de libre mercado de la década de 1980 y por qué ha seguido ejerciendo una influencia tan profunda en la vida política estadounidense y de otros países occidentales? ¿Por qué los neoliberales del libre mercado a menudo han hecho causa común con los conservadores sociales sobre la cuestión de la familia, a pesar de sus diferencias en todo lo demás? En este libro, Melinda Cooper desafía la idea de que el neoliberalismo privilegia el individualismo atomizante sobre las solidaridades familiares, así como la libertad contractual sobre el estatus heredado. En la tradición de las leyes de pobres de los países anglosajones, muestra cómo el espíritu liberal de la responsabilidad personal siempre ha estado respaldado por un imperativo más amplio de responsabilidad familiar y cómo esta inversión en las obligaciones de parentesco ha facilitado recurrentemente la alianza entre los liberales del libre mercado y los conservadores sociales. El neoliberalismo, argumenta, debe entenderse como un esfuerzo por revivir y traducir la tradición de las leyes de pobres a la lengua contemporánea de la deuda familiar. A medida que los políticos neoliberales impusieron recortes en los presupuestos de salud, educación y bienestar, identificaron a la familia como una alternativa total al Estado de bienestar. Y a medida que la responsabilidad del gasto deficitario pasó del Estado al hogar, las obligaciones de deuda privada de la familia se definieron como fundamentales para el orden socioeconómico. A pesar de sus diferencias, los neoliberales y los conservadores sociales han estado básicamente de acuerdo en que los lazos familiares deben ser fomentados y, más aún, hacerse cumplir, como contraparte necesaria de la libertad de mercado. Solo al restaurar la familia a su posición central en el proyecto neoliberal podemos entender la alianza política que define nuestro tiempo entre la economía de libre mercado y el conservadurismo social.
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LOS VENCIDOS. POR QUE LA PRIMERA (TB)

Para los Aliados occidentales, el 11 de noviembre de 1918 siempre ha sido una fecha solemne: el fin de los combates que habían masacrado a una generación, y también la reivindicación de un tremendo sacrificio, con el desmoronamiento total de sus principales enemigos, el Imperio alemán, Austria-Hungría y el Imperio otomano. Sin embargo, para gran parte del resto de Europa se trataba de una fecha carente de significado, ya que una interminable serie de terribles conflictos fue afectando a un país tras otro. En este libro, sumamente original y absorbente, Robert Gerwarth nos pide que volvamos a reflexionar sobre el verdadero legado de la Primera Guerra Mundial. En gran medida, lo que acabó siendo un factor tan desastroso para el futuro de Europa no fueron los combates en el Frente Occidental, sino las devastadoras secuelas de la Gran Guerra, a medida que los países de ambos bandos del conflicto original sufrían el azote de las revoluciones, de los pogromos, de las expulsiones masivas y de nuevos conflictos a gran escala.
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