Una relectura de la Ilíada en la que los dioses son los verdaderos protagonistas.
En esta suerte de novela coral, Nucci revindica la fuerza y la vigencia del mito para interpretar la actualidad.
Cuando pensamos en la Ilíada, imaginamos a los dioses como espectadores desde lo alto del Olimpo, comentando el feroz combate de héroes y guerreros en la llanura de Troya mientras disfrutan del aperitivo, tomando partido por unos u otros y moviendo los hilos de los protagonistas como si estos fueran marionetas o piezas sobre un tablero. Para Giovanni Nucci no es exactamente así, y en este libro propone una interesante relectura del célebre poema épico situando a los dioses como los verdaderos protagonistas, pues más allá de su intervención en las batallas de los héroes, representan a las fuerzas interiores que mueven desde lo más profundo nuestra humanidad. Con erudición y un gran sentido del humor, el autor ahonda en las complejas y paradójicas relaciones de los moradores del Olimpo, arrojando una nueva luz sobre las historias y curiosidades del entramado divino.
Estos ensayos son testimonio de la labor pastoral de Illich, que afronta problemas eminentemente prácticos a la luz de unos pocos conceptos genuinamente teológicos: la oración, la pobreza de espíritu y el Reino. Como señala Giorgio Agamben en su prólogo, estamos ante «un pensamiento del Reino, de la especial presencia de este entre nosotros, ya cumplida y, sin embargo, todavía no».En el núcleo de la obra de Illich está la oposición a la naturaleza imperialista de las actividades misioneras auspiciadas por el Estado y la Iglesia. Su honda comprensión de la historia de esta última, especialmente en el siglo XIII, aportó a su crítica de la Iglesia y otras instituciones del siglo XX la perspectiva del historiador.
Uno de los temas fundamentales de la España del siglo XX.
La Iglesia católica española, que había vivido la llegada de la República como una auténtica desgracia, se apresuró a apoyar la sublevación militar de julio de 1936. No lo dudó. Estaba donde tenía que estar, frente a la anarquía, el socialismo y la República laica. Y todos sus representantes, excepto unos pocos que no compartían ese ardor guerrero, ofrecieron sus manos y su bendición a la política de exterminio inaugurada por los militares rebeldes.
Tras casi tres años de guerra, el «plebiscito armado» que decían los obispos acabó el 1 de abril de 1939 con la victoria incondicional del Ejército de Franco. La Iglesia y el «enviado de Dios hecho Caudillo» caminaron asidos de la mano durante casi cuatro décadas.
Esa complicidad, sus causas y consecuencias, es lo que se narra y analiza en este libro, riguroso, fiel con las fuentes, anotado ahora por primera vez, que sumerge al lector en uno de los temas fundamentales de la España del siglo XX.
Hay coincidencia en afirmar que se asiste, desde hace años, a una crisis del paradigma moderno de soberanía y, asociada a ella, del Estado constitucional. Las Constituciones nacionales se han convertido en chatarra jurídica con cada vez menos eficacia. Ello obliga a los constitucionalistas críticos a abordar la cuestión de la redefinición del constitucionalismo: ¿cómo reconstruir una Constitución adecuada para las sociedades de la segunda mitad del siglo XXI y capaz de garantizar derechos y dignidad a las clases populares? El presente libro aborda esta cuestión partiendo de lo que llama la «contradicción de la soberanía» y analiza cómo, en el actual escenario de crisis del Estado constitucional, se produce una lucha entre tres nuevos proyectos político-constitucionales de organización del poder y la sociedad que compiten para convertirse en el nuevo paradigma hegemónico de las próximas décadas. Se trata de lo que el autor denomina los proyectos del hiperconstitucionalismo, caracterizado por llevar a cabo un fortalecimiento de la ideología de la soberanía; el del posconstitucionalismo, caracterizado por la abolición de la ideología de la soberanía, y el del alterconstitucionalismo, caracterizado por una redefinición de la misma.
Una idea recorre la historia de Rusia y atraviesa los siglos para llegar hasta nosotros, desde Dostoievski hasta Putin: la idea de la excepcionalidad rusa, de un imperio que no es ni Occidente ni Oriente y que, por tanto, puede conectar ambos mundos en nombre de su peculiar fuerza moral y espiritual. A través de un ágil recorrido histórico, Bengt Jangfeldt muestra cómo, formulada hace unos dos siglos, en tiempos de Nicolás I, la idea de que Rusia constituye por sí misma una civilización autónoma ha ido reapareciendo «con tal fuerza que, con el apodo de patriotismo, ha llegado a remplazar al comunismo como ideología de Estado». Jangfeldt ofrece aquí un análisis indispensable para comprender verdaderamente lo que está en juego en la «tierra fronteriza» llamada Ucrania.
La idea de la universidad es la obra cumbre sobre educación de Newman, una defensa elocuente de la educación superior, del aprendizaje del saber por el saber mismo, un libro crucial en el que se ahonda acerca de la naturaleza de la transmisión de las ideas y se indaga en la sabiduría de la cultura académica, el propósito de la enseñanza y la importancia de la teología y su relación con otras disciplinas y los estudios clásicos. Esta edición completa, reunida por primera vez en un solo volumen, con nueva traducción, es sin duda un libro de provecho para todos aquellos lectores que disfrutan aventurarse en la búsqueda de la verdad. Una universidad como la que Newman propone en este libro clásico entronca bien con ciertas palabras del cardenal Ratzinger, pronunciadas precisamente en un aula de la Sorbona en 1999: aunque, la «síntesis entre razón, fe y vida que ha hecho del cristianismo una religión universal» no sea ya convincente hoy día, «el cristianismo, tanto hoy como en el pasado, sigue siendo la opción por la primacía de la razón y la racionalidad».
Se recogen en este volumen las lecciones impartidas por Edmund Husserl en 1907, que suponen la primera exposición pública del sentido y de las implicaciones del nuevo método descubierto por el autor, la conocida «reducción fenomenológi-ca», y permiten comprender el paso de la fenomenología descriptiva de Investigaciones lógicas (1900) a la fenomenología transcendental de Ideas I (1913). Nos hallamos ante un texto que, por su importancia en el desarrollo del pensamiento husserliano y por su inusitada claridad conceptual y expositiva, ha sido traducido y reimpreso varias veces en diferentes idiomas.
En el Primer Coloquio Internacional de Primavera «La humanidad amenazada: ¿Quién se hace cargo del futuro?», 38 especialistas de la talla de Noam Chomsky, Rigoberta Menchú o Tawakkol Karman, procedentes de 11 países, se reunieron para analizar y proyectar el futuro de la humanidad. Las discusiones abordaron temas cruciales en lo que acabó siendo una profunda indagación en la responsabilidad de la humanidad en la construcción y cuidado del futuro. El libro La humanidad amenazada reúne estas reflexiones.
Los textos resultantes recorren todos los temas abordados: cómo pensar el futuro, los desafíos de la crisis climática, los retos que plantea la desigualdad en todo el mundo, y en el interior de las regiones y países, así como las posibilidades que tienen las democracias de asumir este contexto y fortalecerse.
En una era donde la política y la democracia son cuestionadas y la confianza ciudadana decae, los gobiernos enfrentan una creciente inestabilidad y una pérdida de poder real. Mientras la democracia enfrenta un escrutinio mundial, los grandes problemas que azotan a la humanidad, ya sean económicos, medioambientales o de salud, tienen sus raíces y soluciones en el ámbito político. Ahora bien, ¿quién tomará las riendas del futuro? La obra destaca la necesidad de reflexionar sobre nuestra relación con la modernidad, con la naturaleza, y sobre cómo hemos erosionado valores fundamentales, como la solidaridad y los derechos que alguna vez promovieron la convivencia. Este libro da cuenta de la complejidad de los desafíos actuales y de la urgencia de pensar cómo construir el futuro que queremos.
La violencia de género es estructural, sus raíces están extendidas por todo el mundo, desde una concepción del poder del varón patriarcal. Es instrumental, busca imponer, dominar. Nace de una equivoca educación a la niña para el tú, para el otro; y por contra al niño para sí mismo. El diagnóstico es certero, ahora hay que prevenir e intervenir con medidas claras, factibles, especificas y verificables. Estas son las que encontrará el lector.