Una propuesta de enorme envergadura intelectual presentada como la más seductora de las narraciones: Roberto Calasso explora la Biblia y la Torá.
Entre las varias aventuras intelectuales que emprendió a lo largo de su vida el mítico editor Roberto Calasso, tiene especial relevancia su empeño en volver a contar y analizar la cultura universal, en un vasto proyecto a medio camino entre la narración y el ensayo que inició con La ruina de Kasch. Este volumen dedicado al Antiguo Testamento y la Torá es la décima entrega de esa magna obra total.
El autor relata, aportando su mirada singular, historias bíblicas como las de los reyes de Israel —Saúl, David y Salomón— o episodios como los de la reina de Saba o la huida a Egipto. Calasso traza un recorrido que va desde la creación del mundo por Yavé hasta la figura del Mesías. Fiel a su estilo, narra y estudia mitos centrales de nuestra cultura con un impresionante despliegue de erudición.
El libro aborda temas como el pecado original, el mandato divino, la construcción del Templo de Jerusalén, el rito del sacrificio, la idea de pueblo elegido, la Tierra Prometida. Establece comparaciones entre las tradiciones orientales y el universo bíblico y conecta este con el mundo moderno: la mirada de Freud sobre Moisés o el Holocausto. Una propuesta de enorme envergadura intelectual, presentada como la más fascinante de las narraciones.
La mitología es el territorio de la imaginación poética, y los relatos de las distintas culturas son una profunda expresión del impulso creativo. Pero los mitos tuvieron una gran influencia en el tejido social de las mayores civilizaciones de la historia y son algo más que simples relatos, pues recogen los grandes misterios que nos desconciertan e intrigan a todos: preguntas sobre el nacimiento y la muerte y sobre todo lo que entraña la vida. El libro de la mitología aporta una nueva mirada sobre los mitos de todo el mundo y su significado para las culturas que los crearon.
«Editado en 1979, hace cuarenta y tres años, El libro de los placeres no ha hecho más que ganar relevancia en un mundo que se hunde cada vez más en la inhumanidad. Nunca ha dejado de participar, aunque sea modestamente, en ese despertar de las conciencias que hoy enciende insurrecciones episódicas, permanentes e insólitas desde Chile a Tailandia.
Tales levantamientos ya se han producido en el pasado, pero esta es la primera vez que se reivindica abiertamente la vida vivida con total libertad. Es la primera vez que la resolución del pueblo de organizarse por sí mismo erradica a los dirigentes y delegados no mandatados y se protege así de la intrusión de aparatos políticos de todo tipo que tarde o temprano lo vacían de su sustancia».