«Este es sobre todo un libro de experiencias humanas», nos dice Max Hastings, autor de libros tan valiosos como Armagedon, Némesis y La guerra de Churchill, que ha querido culminar su carrera como investigador de la historia de la Segunda guerra mundial con una ambiciosa visión global, que se aparta de las que se han publicado hasta ahora por el peso que da a las experiencias vividas. “Hombres y mujeres de un buen número de naciones –nos dice- se han afanado por buscar palabras con las que describir lo que vivieron”.
Valiéndose de estos testimonios de quienes participaron en la guerra en los más diversos escenarios del planeta, Hastings enriquece el relato de bombardeos, batallas y crímenes de guerra con una dimensión humana que los transforma.
Un texto fundamental para comprender las vanguardias artísticas del s. XX
Zurich, 1916. En plena guerra mundial, las oscuras callejuelas y ruidosos tugurios de este ciudad suiza acogen a una nutrida flota de refugiados políticos, agentes secretos, jóvenes objetores renuentes a marchar al frente, artistas, literatos y poetas exiliados. Entre todos ellos, un grupo de amigos encabezados por el rumano Tristan Tzara da a conocer el movimiento Dada en una serie de manifiestos. Su lugar de reunión es el mítico Cabaret Voltaire, en el número 1 de la Spielgasse, frente al domicilio de Lenin y Krupskaia. Tzara, Arp y Schwitters, entre otros, juegan al ajedrez con el revolucionario ruso por la tarde, y por la noche se entregan a la rebelión espiritual contra una sociedad responsable de haber transformado Europa en una inmensa carnicería. Tal vez ningún otro movimiento espiritual haya pretendido renovar el arte y la literatura desde unos presupuestos tan radicales y subversivos como los que alientan en cada uno de estos siete manifiestos.
Sobre la Ilustración es la reunión de los tres fundamentales textos que Michel Foucault dedicó en los últimos años de su vida, entre 1978 y 1983, a la cuestión de la Ilustración. Con el replanteamiento de esa cuestión, y mucho más allá de una mera reflexión historiográfica, el autor francés lleva a cabo una profunda reflexión sobre el presente y la propia filosofía. Desplazados con respecto al «lugar postmoderno» en que algunos intérpretes han querido ubicar a Foucault, y sin hacer tampoco de la Ilustración una herencia que hubiera que preservar a toda costa, esos textos reivindican el carácter ilustrado y moderno de la filosofía que es posible y necesaria en la actualidad. Su condición de conferencias o seminarios hace de estos tres textos un ejemplo vivo del pensamiento foucaultiano aunque, a diferencia de otros de sus análisis concretos sobre la locura, el poder o la sexualidad, se encuentra en ellos un planteamiento explícito de carácter «metafilosófico» acerca del objeto, método y límites de la práctica filosófica, cuyo conocimiento es esencial para comprender el sentido general del proyecto filosófico de Foucault.