Una conversación íntima entre destacados intelectuales públicos que examina la polémica interacción entre la Revolución Cubana y el imperio estadounidense. Cuba, un audaz experimento revolucionario en el patio trasero del imperio, ha desempeñado un papel controvertido en el orden internacional durante décadas. Aunque sus médicos (y combatientes) -y la enorme influencia de su ejemplo- han recorrido todo el mundo, desde Venezuela hasta Angola, su futuro político y económico sigue siendo incierto a medida que la era de los Castro toca a su fin y el embargo estadounidense no cesa. A través de una conversación íntima entre dos de los observadores más sagaces de la política internacional del país, Noam Chomsky y Vijay Prashad, ‘Sobre Cuba’ recorre la historia cubana desde los primeros días de la revolución de 1950 hasta el presente, interrogando las intervenciones estadounidenses y extrayendo lecciones sobre el poder y la influencia de Estados Unidos en el hemisferio occidental. Ni una condena patriotera ni una celebración acrítica, el enfoque heterodoxo de Chomsky sobre los asuntos mundiales se muestra en todo su esplendor cuando él y Prashad se enfrentan al lugar único que ocupa Cuba en la escena internacional.
Escrita entre 1978 y 1980, cuando el autor tenía alrededor de veintiséis años, Sobre el cuerpo es la primera obra del reconocido filósofo André Comte-Sponville. Esta colección de aforismos es la primera aproximación del autor a los intereses y temas que ha ido desarrollando a lo largo de toda su obra, e incluso a aquellos autores ?Epicuro, Spinoza, Montaigne y Marx, entre otros? que se han convertido en los referentes de su viaje filosófico.
¿Debemos creer a ciegas, como única verdad, en la visión del mundo y de la vida como una historia de final feliz? Esta rosácea pintura ha sido y es tenazmente defendida por el humanismo optimista que profesan los teóricos del progreso, el teísmo occidental y el pensamiento políticamente correcto de los gobiernos, que no suelen parase en barras, dicho sea de paso, a la hora de homologar al suicida con el demente y con el homicida. En su meditación, dirigida a todo hombre, sobre el dolor del mundo, el suicidio y la voluntad de vivir, Schopenhauer pretende mostrarnos, enarbolando la bandera de un humanismo pesimista, otras verdades más hondas, aunque más inquietantes, sobre nuestra naturaleza que han impresionado seriamente a figuras tan relevantes de nuestro siglo como Tolstói, Freud, Wittgenstein, Horkheimer, Thomas Mann y Charles Chaplin.
“¿Por qué es imposible que los filósofos de hoy en día no puedan escribir, al menos en parte, como hablan? ¿Son necesarias estas palabras tan terriblemente artificiales? ¿No se puede decir lo mismo de una forma más natural y humana? ¿Debe ser insoportable un libro para que sea de filosofía?”.
Siguiendo la estela de estas palabras que Friedrich W. J. Shelling dejó escritas hace más de doscientos años, Günther Anders centró buena parte de su obra en la reflexión sobre el lenguaje y el estilo filosóficos. Su búsqueda de un tono directo, lo menos “deformado” posible, que beba del mismo lenguaje cotidiano sin que por ello pierda precisión y claridad, lo opuso a la forma estilísticamente esotérica habitual dentro de su propio gremio: “Porque no hay ningún grupo que escriba en bloque de forma tan deplorable como ellos, y su tono de mezcla de cátedra sagrada, de mística y olor a moho, de exaltación y cuero es apenas soportable al oído del amante de la verdad”.
De todo ello trata, con ironía y a veces con amargura, pero con implacable lucidez, el texto que aquí presentamos, “Sobre el esoterismo del lenguaje filosófico”, hasta la fecha la única versión completa y corregida que existe en castellano.
¿Qué recorrido ha hecho la amistad desde el mundo antiguo hasta hoy? ¿Ha cambiado la Red de manera esencial el modo en el que nos relacionamos con nuestros amigos y enemigos? Uno de los autores clásicos que más ahondó en esta cuestión fue Plutarco, en tres de sus textos fundamentales nos enseñó a extraerle todo el jugo a este vínculo afectivo, a consolar, a protegernos de pelmas y de aprovechados, a ganar buenas compañías y a conservarlas... En definitiva, a volvernos maestros de esta clase de relaciones. Muchas de estas lecciones siguen vigentes, pero los tiempos
han cambiado. Internet ha supuesto una revolución
de los lazos humanos. Gonzalo Torné, con un ojo puesto en la obra de Plutarco, nos cuenta cómo las redes sociales y la mensajería instantánea nos han procurado nuevas maneras de prometer, de traicionar, de hacernos cargo; en definitiva, de vivir.
«El nacionalismo es sin duda la más poderosa y quizás la más destructiva fuerza de nuestro tiempo. Si existe el peligro de aniquilación total de la humanidad, lo más probable es que dicha aniquilación provenga de un estallido irracional de odio contra un enemigo u opresor de la nación real o imaginario […]. Quizás la humanidad viva lo suficiente para ver el día en que el nacionalismo parezca absurdo y remoto, pero para ello deberemos entenderlo y no subestimarlo; y es que aquello que no es comprendido no puede ser controlado: domina a los hombres en lugar de ser dominado por ellos.»
A finales del siglo IV a. C. Epicuro fundó una escuela filosófica del todo opuesta al idealismo platónico imperante. Desde una perspectiva mucho más empírica y natural, su doctrina reivindicó el papel de los sentidos (única fuente de sabiduría posible) y la búsqueda del placer para alcanzar la felicidad (único objetivo final). Este hedonismo, sin embargo, debía acompañarse de cierta ética, capaz de distinguir placeres buenos (o «naturales», como comer o dormir) y malos (o innecesarios y vanos, como beber sin sed o buscar la lujuria). De aquí la necesidad de la filosofía, cuya práctica defendió Epicuro durante toda la vida: «porque para alcanzar la salud del alma, nunca se es ni demasiado viejo ni demasiado joven».
Filósofo comprometido con los movimientos sociales, gran conocedor del pensamiento de Antonio Gramsci, Francisco Fernández Buey dedicó buena parte de su trabajo intelectual y práctico a la relación entre izquierda alternativa y cristianismo liberador. Estos ensayos elaboran cuestiones centrales para la articulación del pensamiento crítico y la nueva izquierda del siglo XXI y ofrecen lecturas de cristianos comprometidos como Simone Weil, Bartolomé de Las Casas o José María Valverde.
Plutarco fundó en su ciudad natal un espacio de debate y discusión, a imagen y semejanza de la célebre Academia de Platón, de donde surgieron las tres obras aquí reunidas: «Cómo sacar provecho de los enemigos», «Cómo distinguir a un adulador» y «Sobre la abundancia de amigos». En ellas el filósofo nos enseña a escuchar a los adversarios –hábiles detectores de nuestras debilidades– y a desconfiar de nuestro amor propio –el defecto más útil para los aduladores–, pues solo así sabremos distinguir la verdadera amistad: aquella en la que encontraremos virtud en la honestidad y deleite en el diálogo.
Un bien exquisito que exige espacio, tiempo y cuidado.
«El hombre inteligente saca provecho incluso de los que difieren de él, pues es imposible vivir sin enemigos».