Profesor emérito de Oxford, Archie Brown pone a los dirigentes mundiales en su contexto histórico; los distingue entre reformistas, transformadores, revolucionarios o totalitarios, y se pregunta, en fin, quiénes son los mejores. Desde Adenauer al Dalai Lama pasando por Atatürk, Napoleón, De Gaulle, Churchill, Roosevelt, Stalin, Castro, Hitler. Y mujeres como Thatcher, Merkel, Benazir Bhutto o Eva Perón.
Como si de un paseo por su laboratorio se tratase, Jalalvand recrea con ingenio la relación entre los grandes temas filosóficos y los descubrimientos científicos. En la conocida 'Metamorfosis' de Kafka, ¿queda algo de Gregorio Samsa en la cucaracha en que este se ha convertido? Si, como señala el autor de este libro, él mismo sería capaz de crear células humanas luminiscentes con tan solo insertar un gen de medusa en su genoma... ¿dónde pondríamos los límites? Si bien las clásicas cuestiones filosóficas sobre la vida, el ser humano y la sociedad adquieren hoy un sentido diferente, todavía existe una profunda brecha entre las ciencias naturales y la filosofía a la hora de explicarlas. Farshid Jalalvand busca equilibrar esta carencia a partir de un ameno relato en donde ideas, experimentos, así como el pensamiento de filósofos clave se combinan con ejemplos de cultura popular para mostrar cómo los avances científicos cambiaron radicalmente las respuestas que los pensadores daban a preguntas que siempre nos acompañarán como especie: ¿qué somos?, ¿cómo hemos llegado aquí?, ¿cómo evolucionamos? «En el origen todo fue filosofía y, como reivindica este maravilloso libro, nunca ha dejado de serlo. Hacer uso de la moderna biología para responder a las eternas preguntas de la filosofía responde al sueño de Descartes: una ciencia universal en la que todos los conocimientos estén integrados.» Eduardo Infante, filósofo
Impulsado por la energía que abunda en la escritura de Vaneigem, este libro se propone «rastrear la huella de lo vivo bajo el oscurantismo religioso e ideológico», en este caso de una Edad Media que tantas veces se nos ha transmitido «sumergida en la fe cristiana como la sardina en el aceite». En dirección contraria a este postulado, este trabajo recupera la historia del «Libre Espíritu»: el movimiento herético que llevó la religión hasta su disolución en la afirmación inmediata del goce y de la vida sin más mediación que la libre voluntad. Para ello el autor procede a realizar un vasto recorrido que arranca del siglo y llega hasta el , y en el cual se recupera la estela de una corriente insospechada: el milenarismo joaquinista, la herejía valdense, los llamados amaurianos, la multitud de comunidades de beguinas y begardos que abrazaron el «Libre Espíritu», los Homines Intelligentiae, algunos sectores de los taboritas, los llamados eloístas (proletarios despreciados por Lutero) e incluso los alumbrados de Sevilla.