Desde que los primeros grupos de homínidos empezaron a fabricar toscas herramientas de piedra hasta el desarrollo de la inteligencia artificial, el ser humano ha vivido en una constante evolución tecnológica. Y la tecnología siempre ha ido de la mano del poder, no solo porque la construcción de armas más letales y sofisticadas otorga supremacía sobre las sociedades menos avanzadas, sino porque quien dedica un espacio al progreso científico puede superar cualquier obstáculo.
Desde hace unas décadas, nuestras sociedades se han visto atravesadas por una obsesión memorialista sin precedentes. La necesidad de recordar los pasados traumáticos se ha impuesto así, casi sin percatarnos, como una obligación moral que, supuestamente, nos llevará a evitar futuros enfrentamientos y desgarros. El mantra «quien olvida su historia está condenado a repetirla» sintetiza a la perfección esta idea, formando ya parte de todo un sentido común de época. En 'Tejer el pasado', las politólogas Sandrine Lefranc y Sarah Gensburger cuestionan de raíz esta concepción tan extendida. Este borboteo incesante del pasado en nuestro presente ha propiciado la aparición de toda una 'industria de la memoria' cuyos esfuerzos, en opinión de las autoras, están dirigidos de manera ineficiente. Y es que, según argumentan, el despliegue de todas estas acciones memorialistas no contribuye de manera necesaria a alumbrar sociedades más pacíficas o tolerantes. Su análisis, por tanto, no parte de la idea preconcebida de que cabe recordar para 'nunca más' repetir errores del pasado, sino que se centra en el modo en que, según las ciencias sociales, los individuos operamos en nuestros campos de referencia. ¿Cómo hacer que las políticas de memoria puedan ser realmente eficaces? De este modo, este brillante estudio dinamita un lugar común como punto de partida, para a continuación instituir un nuevo promontorio desde el que repensar el modo en que deberíamos recordar ―o no― de manera colectiva, a fin de construir sociedades más justas.
Peter Sloterdijk retrata algunos temperamentos filosóficos desde la Antigüedad hasta el siglo XX y abre un nuevo acceso a los grandes maestros de la filosofía. «El título de la presente colección alude a la conocida sentencia de Fichte de que la filosofía que uno elige depende del tipo de persona que se es. Con ello quería decir que las almas serviles se deciden por un sistema naturalista que justifica su servilismo, mientras que las personas de mentalidad orgullosa se aferran a un sistema de libertad. Esta observación sigue siendo ahora tan verdadera como siempre. Espero haber mostrado con los breves estudios aquí reunidos que la escala de los temperamentos filosóficos va mucho más allá de la oposición entre tipos cobardes y orgullosos. Es tan extensa como el alma iluminada por el logos, cuyos límites, afirmaba Heráclito, resultan imposibles de alcanzar, por mucho que se la recorra.»
Anhelas servir a Dios con gracia y fuerza, y reflexionas sobre Cristo en cada palabra y cada acto; sin embargo, te encuentras continuamente luchando por hacer que esa visión cobre vida en tu diario caminar. En nuestro centro, cada una de nosotras somos una “hermana retorcida” en cuyo interior batallan constantemente la carne y el espíritu para obtener el control. Nos vemos afligidas por una desconexión crónica entre nuestro deseo de ser buenas niñas para poner a Jesús primero y nuestra realidad de niñas malas que hace desbordar nuestros pensamientos y Lo alejan de nuestro camino.
En Ten un espíritu como el de María, Joanna Weaver dirige tu mirada más allá de tus propios defectos hacia el Dios que está listo, dispuesto y es capaz de convertirte en una nueva mujer. Joanna te equipa con conocimientos bíblicos y herramientas prácticas para unirte a Cristo, invitándolo hacia los lugares oscuros de tu alma, dándole plena autorización para redimir y renovar. En una extracción de las historias bíblicas de Marías (María, la madre de Jesús; María, la hermana de Martha, y María Magdalena) y otras cuyas experiencias con Dios transformaron sus vidas, Joanna te dirige hacia una transformación personal duradera... un cambio en las profundidades de tu alma que resulte en una completa renovación, de adentro hacia afuera.
Tal vez no sea exagerado decir que Martin Luther King Jr. (1929-1968) puede contarse entre las diez o doce figuras más relevantes de la segunda mitad del siglo XX. Pastor baptista en Montgomery (Alabama), las protestas y actos resultantes de la detención de Rosa Parks, junto con su carisma y personalidad, acabaron situándolo al frente del movimiento por los derechos de la población de raza negra en EE.UU. y determinando su labor activista. Conocedor de las tesis de Gandhi, King hizo suyas las tesis de la no violencia, pero estimó indispensable complementarlas mediante la acción económica y política, así como no separar la lucha contra el racismo de la lucha por la redistribución de la riqueza y de la desobediencia activa a las leyes injustas. El volumen presenta sus discursos, ensayos y sermones más significativos a lo largo de su breve pero intenso período de actividad, truncado por su asesinato en Memphis.
La acuñación moderna de la filosofía no puede separarse de la crítica del prejuicio, de la sospecha de los hábitos y convenciones que rigen nuestros pensamientos y acciones. Pese a ello, la historia de la filosofía no siempre escapa al influjo de una mezcla de prejuicios, hábitos y convenciones que ofrece, como patrimonio no contestado, una cierta imagen de sus autores, temas y conceptos. Tal es el caso de la supuesta ruptura que realiza Cartesio, con su propuesta teórica, de los vínculos que antaño unían el saber filosófico con el saber teológico. Pedro Lomba muestra en este libro lo endeble de esta tesis o, en otras palabras, que la clave de bóveda de la filosofía cartesiana, en pugna con un escepticismo revestido con nuevos hábitos, tiene un nombre antiguo, pero irremplazable: Dios. La obra de Lomba ejerce así el noble oficio de la filosofía ilustrada: desautoriza nuestra comprensión prejuiciosa de la tradición. La crítica del programa cartesiano tiene un alcance inesperado: muestra la facilidad con que la filosofía se confunde con la teología política.
Esta "Teoría del derecho" se concibe como una concepción de la experiencia jurídica y, como tal, de la peculiar y personal respuesta de sus autores al cúmulo de temas, interrogantes y orientaciones que, convencionalmente, pueden incluirse bajo ese rótulo disciplinar. La obra pretende ser un interlocutor para los alumnos que inician los estudios de Derecho, a los que desea informar y orientar sobre el "status quaestionis" de los principales problemas teórico-jurídicos e incitarles a proseguir y profundizar en su estudio. Para ello se ha buscado la máxima claridad expositiva. En aras también de esos presupuestos pedagógicos se ha recurrido, a veces, a casos o ejemplificaciones. Los autores de esta obra no comparten la actitud resignada que concibe la lucha por el derecho justo como un ideal quimérico sin sentido. Estiman, por el contrario, que la experiencia de la instrumentalización del derecho para el logro de objetivos inicuos no invalida, sino que estimula y apremia, el esfuerzo por vincular el derecho a aquellos valores que deben informar los sistemas normativos sociales para hacerlos dignos de los seres humanos.
La obra nace con el propósito de ofrecer a los alumnos de Derecho, Ciencias Políticas, Sociología y otros campos afines de las Ciencias Sociales un manual completo y sencillo, que aborde, desde una perspectiva multidisciplinar, el estudi...