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EN BUSCA DE BOLIVAR (OF2)

«Bastó que muriera para que todos los odios se convirtieran en veneración, todas las calumnias en plegarias, todos sus hechos en leyenda. Muerto, ya no era un hombre sino un símbolo. La América Latina se apresuró a convertir en mármol aquella carne demasiado ardiente, y desde entonces no hubo plaza que no estuviera centrada por su imagen, civil y pensativa, o por su efigie ecuestre, alta sobre los Andes. Por fin en el mármol se resolvía lo que en la carne pareció siempre a punto de ocurrir: que el hombre y el caballo se fundieran en una sola cosa. Aquella existencia, breve como un meteoro, había iluminado el cielo de su tierra y lo había llenado no solo de sobresaltos sino de sueños prodigiosos.» William Ospina
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EN BUSCA DE CONSUELO

Cuando la vida parece perder su sentido, necesitamos palabras. Cuando sufrimos un duelo, una traición, la soledad o una derrota, buscamos ayuda para recuperar ese sentido. El lenguaje del consuelo fue antaño el gran objeto de estudio de religiosos y filósofos, pero se ha ido desvaneciendo de nuestro vocabulario moderno. Desde el siglo XVI, la humanidad ha tendido a rechazar el alivio proveniente de los textos sagrados para, en su lugar, concentrar su fe en la ciencia, las ideologías y las terapias. Además, como advierte el gran pensador e historiador Michael Ignatieff, «hoy el premio de consolación es el que nadie quiere ganar. Las culturas que persiguen el éxito no prestan mucha atención al fracaso, la pérdida o la muerte. La consolación es para los perdedores».
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EN BUSCA DE DORA MAAR (OF2)

En busca de un reemplazo para la agenda Hermès que ha perdido su marido, Brigitte Benkemoun compra una antigua en eBay. Casi idéntica a la original, con «el mismo cuero liso, pero más rojo, más suave, y con una pátina brillante», esconde en su interior una libreta de direcciones que data de 1951. Al hojearla, descubre con gran fascinación que los nombres que aparecen en sus veinte páginas (en la B, Breton, Braque y Balthus; en la C, Cocteau; en la E, Éluard...) son «los más grandes artistas de posguerra ordenados alfabéticamente», que pasan a ser el hilo conductor de este libro. Benkemoun emprende entonces una búsqueda obsesiva y pronto averigua que la agenda perteneció a Dora Maar, la famosa Mujer que llora de Picasso y una artista brillante por derecho propio. La autora se embarca en un viaje de descubrimiento de dos años para contar la historia de una mujer provocativa, apasionada y enigmática, y el papel que cada una de aquellas figuras desempeñó en su vida. El resultado es un retrato único y deslumbrante de la artista y su mundo a través de instantáneas, escenas de fiestas e icónicos cafés, y fragmentos impactantes de su poesía y de la poesía escrita sobre ella.
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