Tras 16 años de estudio previo, se editó este primer tomo, que trata la historia desde la aparición y la extensión del cristianismo, hasta su elevación a religión del Estado. El libro comienza con una visión del Antiguo Testamento. Deschner describe la invasión de los israelitas, tras la pérdida de poder de Egipto en Palestina durante los siglos XIV y XIII a.C. y la destrucción del sistema de ciudades estado cananitas. Esta introducción, que no afecta directamente al cristianismo, sino al antiguo judaísmo, presenta la contradicción entre las reivindicaciones religiosas y la violencia política: Deschner ve en ello el origen de una tradición de guerra santa que más tarde provocará innumerables asesinatos en masa en nombre del Dios de Israel. Describe las muchas penas de muerte previstas en la Torah para delitos religiosos, la política de conquistas del Rey David, el poder y la corrupción de los sacerdotes y finalmente el sometimiento y la destrucción de Israel en época romana. El éxito del cristianismo en el Imperio romano sólo fue posible gracias a dicha destrucción, ya que así los cristianos podían considerarse como el «Israel auténtico de Dios».
¿Sabía usted que el emperador Carlos V le hizo una hija a su abuelastra? ¿Y que Franco tenía la lágrima fácil incluso cuando no le mataban al almirante Carrero?
En este libro no he pretendido escribir la historia que escribiría el pueblo, ya que el pueblo es ágrafo por naturaleza, sino, más bien, una Historia de España contada para escépticos que no creen en la historia de España.
No pretendo que sea veraz, justa y desapasionada, porque ninguna historia lo es, pero por lo menos intentaré que no mienta ni tergiverse a sabiendas, que ya es un propósito sobradamente ambicioso en los tiempos que corren. Además, procuraré que sea amena y documentada, y si el lector aprende algo de ella me daré por bien pagado.
No se escribe esta historia para halagar a nadie. El autor no aspira siquiera a merecer la aprobación indulgente de los críticos, ni a probar tesis alguna. A lo mejor por eso se deja llevar por su curiosidad e indaga en las vidas de los poderosos. No por gusto, ciertamente, sino porque está convencido de que una de las miserias determinantes de nuestra historia, la causa principal del errático y, a menudo, patético rumbo que ha seguido España lo han determinado, y, ¡ay!, lo determinan, gobernantes incompetentes y tarados.
Escrita a una escala de proporciones homéricas, laHistoria de Heródoto es la primera y mayor obra en prosa que nos ha legado la Antigüedad griega. En ella el viajero de Halicarnaso explora toda una era y un universo con un espíritu indagador y profundamente humanista que cambiará para siempre la forma de concebir y narrar la Historia. Aunque su propósito principal es contar el colosal enfrentamiento entre griegos y persas, que se saldó con la inimaginable victoria del mundo heleno frente al invasor, en la trama de la Historia se entreveran asombrosas noticias y breves relatos que revelan a su autor no solo como historiador, sino como pionero de otras disciplinas, como la etnografía, y sobre todo como un narrador excepcional.
Con la destreza los más grandes creadores, Heródoto nos habla de los entresijos de la Historia, de cómo viven, mueren, aman o traicionan los memorables personajes de este relato fundacional.