Los cinco años de estancia de Unamuno en Hendaya, entre el 22 de agosto de 1925 y el 9 de febrero de 1930, fueron uno de los acontecimientos más emblemáticos de la época y definitivamente convirtieron al escritor en una figura pública. Símbolo de la oposición a la dictadura de Primo de Rivera desde que fue depuesto de su cátedra en Salamanca y confinado en la isla de Fuerteventura, tras su huida y su paso por París, Unamuno desplegó desde la villa fronteriza una notable actividad: allí escribió algunos de sus ensayos, poemas y piezas teatrales más recordados, supervisó sus traducciones al francés, continuó enviando artículos a los periódicos, recibió numerosas visitas y entabló contacto tanto con los exiliados españoles como con escritores franceses y de otras nacionalidades. Entre lo político y lo sentimental, entre la vocación de eternidad y la inmersión en el tiempo, aquellos cinco años dejaron tras de sí un puñado de escritos y actitudes que este volumen aborda desde diferentes perspectivas.
¿Todavía tiene sentido hablar de universalismo? El reputado profesor y teórico Omri Boehm tiende un puente entre la filosofía y la política contemporánea en esta crítica del pensamiento identitario.
¿Qué valores básicos defendemos en las democracias liberales? ¿Puede salvarse aún hoy el universalismo? Sí, pero debemos volver a sus orígenes: solo cuando comprendamos realmente el atractivo humanista de figuras como las de los profetas bíblicos o la de Immanuel Kant podremos luchar sin concesiones contra la injusticia y en favor de la igualdad absoluta de las personas.
En Universalismo radical, Omri Boehm ofrece algo más que una nueva interpretación del concepto: revoluciona nuestra comprensión fundamental de lo que es de verdad el universalismo y explica por qué debemos tener esperanza si no queremos vernos abocados a una distopía. Para ello, recurre a Kant y a su a menudo incomprendida recuperación del monoteísmo ético de los profetas judíos. Es una propuesta audaz que, por su osadía, abre una salida al estancado debate sobre la identidad.
Universidad y política reúne un conjunto de artículos y conferencias de Max Weber (1864-1920) sobre una de las instituciones fundamentales en el desarrollo de la modernidad occidental: la universidad. Pero antes que un aséptico tratado histórico, estos escritos destacan por el abordaje crítico de los problemas que en las primeras décadas del siglo XX enfrentaba el sistema universitario alemán, considerado entonces «ejemplar» a nivel internacional. El afán constante de los poderes políticos y religiosos por influir en los asuntos universitarios, el trato indigno al personal docente y la falta de objetividad en su selección, el oportunismo académico y la corrupción del carácter de las nuevas generaciones, llevan a preguntarse qué significa «libertad de cátedra» y si esta ha sido realmente alcanzada.
Uno y Distinto cuenta la historia de este sentirse propio y ajeno a la vez, desde sus figuras primeras, Daimon y Genius a través de su progresiva pérdida de sustancia y desaparición de la experiencia. Y busca también maneras de volver fecunda esa tensión para los problemas del día a día.
El colapso ecológico y el discurso que insiste con la catástrofe planetaria se han vuelto parte de nuestro sentido común. En esta antología, Eduardo Galeano propone una mirada alternativa, que es en realidad una constante en toda su obra, para acercarnos al mismo problema: nos recuerda nuestro vínculo insoslayable con la naturaleza, explora su riqueza y sus formas de resistencia, y hasta señala con alarma nuestra tenacidad urbana y moderna de creer que podemos prescindir de ella. En estas páginas, Galeano imagina un Juicio Final para los seres humanos, en el que un alto tribunal de bichos y plantas nos acusará de haber convertido el reino de este mundo en un desierto de piedra. No es tarde, dice también, para entender de una vez que nuestro planeta es nuestra única casa. Muy recientemente nos hemos enterado de que la naturaleza se cansa, como nosotros, sus hijos; y hemos sabido que, como nosotros, puede morir asesinada. La civilización que confunde los relojes con el tiempo, el crecimiento con el desarrollo y lo grandote con la grandeza también confunde la naturaleza con el paisaje, mientras el mundo, laberinto sin centro, se dedica a romper su propio cielo.