Hemingway necesitaba un éxito. Martha Gellhorn quería vivir peligrosamente. Barea sentía que su vida era una contradicción. Ilsa Kulcsar vivía para sus ideas. Gerda Taro y Robert Capa querían olvidarse de su pasado. Los seis, cada uno con su equipaje y su modo de mirar, llegan a Madrid y pasan por el hotel Florida, donde se reunían los periodistas extranjeros, los fotógrafos, los espías, los militares, bajo el estruendo de las bombas, en una guerra que los cambió a todos para siempre.
Hotel Florida no es un estudio académico ni una ficción. Es una reconstrucción basada en cartas, diarios y memorias, documentos oficiales, películas, biografías, historias y noticias de la época. Un gran fresco de la Guerra Civil española, día a día, personaje a personaje. Una guerra sobre la que se han escrito cientos de libros, pero ninguno como este.
El 27 de agosto de 1950, el escritor piamontés Cesare Pavese se suicidó en la habitación número 49 del Hotel Roma, en Turín. Dejó una nota de disculpa, algunos poemas y un diario: El oficio de vivir. Pierre Adrian, mientras recorre con su pareja algunos lugares favoritos de Pavese, profundiza en el último verano de un escritor perseguido por la idea del suicidio. Y en toda la biografía de Pavese, en sus libros y lecturas, en sus ideas y sus amistades, Adrian ha buscado algo que nos ayude, pese a todo, a la dolorosa tarea de vivir. Pavese aparece así, a lo largo de estas páginas, como un compañero de viaje taciturno y sincero.
La recuperación de las crónicas y reportajes que desde la España de la década de 1930 enviaba a la prensa neoyorquina la joven judía, mexicana y estadounidense Anita Brenner completa el perfil de una autora sorprendente de la Revolución Mexicana, con esta etapa española que pocos le suponían, y devuelve a la nómina de los corresponsales extranjeros en la España de la Segunda República y la Guerra Civil una de sus muestras más singulares y penetrantes. Traducidas por primera vez, con material de archivo, despachos originales y declaraciones inéditas de Azaña, Indalecio Prieto, Largo Caballero o Gil-Robles entre otros protagonistas. Las crónicas de una corresponsal que nunca quiso ser extranjera y a la que no interesaron las trincheras de la guerra sino las barricadas de la revolución española.