Cocinar no es seguir unas instrucciones, ni someternos a una lista de ingredientes, ni planificar minuciosamente la compra del supermercado. Al contrario, cocinar es todo aquello que pasa en los márgenes de una receta: es improvisar, arriesgar, decidir. Cocinar es ser libres. Contra la extinción de este atrevimiento, contra el síndrome del no-tengo-tiempo y la barbarie de una sociedad que come pero no cocina, este libro nos urge para recuperar el sentido del acto más primigenio de la vida: alimentarnos.
Entusiasta e inconformista, Maria Nicolau nos abre las puertas a una cocina rica, sostenible, apasionada y, sobre todo, coherente. Una cocina explicada a través de la historia y la ciencia, la naturaleza y la tecnología, los episodios colectivos y la vivencia íntima. ¿Por qué la olla es el primer invento de la civilización? ¿Qué hace que los pasteles se agranden en el horno? ¿Por qué solo compramos salmón y merluza, teniendo el Mediterráneo lleno de otras variedades de pescado? En este libro, más allá de las recetas, encontraréis una cocina que responde a la necesidad de subsistir, pero también al placer de compartir y que nos recuerda que nosotros somos los últimos responsables de la manera en que vivimos.
Código fuente no es un libro sobre la época dorada de Microsoft ni sobre la creación de la Gates Foundation, tampoco sobre el futuro de la tecnología. Es la historia humana, personal, de cómo Bill Gates se convirtió en quien es hoy, de su infancia y de sus tempranos intereses y proyectos. Es también la historia de su abuela, una mujer de principios, y de sus ambiciosos padres; de sus primeras amistades verdaderas y de la muerte repentina de su mejor amigo; de sus problemas para integrarse y de su descubrimiento de la programación y los ordenadores en los albores de una nueva era; de cómo siendo adolescente emprendió un camino que empezó con escapadas a medianoche a un centro de informática cercano y culminó en la habitación de su residencia universitaria, donde puso en marcha una revolución que cambiaría el mundo.
Un libro intrigante que nace de uno de los reportajes de investigación más impactantes de los últimos tiempos, Papeles de Facebook, y que es a la vez un ejercicio sobre los límites de la etica en el capitalismo y, concretamente, en la era digital. A partir del caso de Facebook, los archivos confidenciales que se filtraron en The Wall Street Journal, sus consabidos escándalos y fallos en el formato surgieron estas preguntas: ¿que parte pudo tomar la compañía de Mark Zuckerberg y no tomó? ¿Que hay detrás, acaso una política agresiva de ampliación de mercado?
La inteligencia artificial generativa ha llegado. Y con ella la inevitable confusión que conlleva intentar saber cómo afectará a nuestra vida laboral y personal y, también, al futuro de la humanidad.
Entre las voces de los adoradores de la IA y los catastrofistas, el profesor Ethan Mollick, uno de los teóricos más destacados sobre el tema, se centra en los aspectos prácticos de cómo esta herramienta puede transformar el mundo.
Cointeligencia insta a entender la IA como una compañera de trabajo, una profesora, una entrenadora…, y nos reta a utilizar el enorme potencial de la IA sin perder la identidad, a aprender de ella sin dejarnos engañar y a aprovechar sus dones para crear un futuro mejor. Con una mirada amplia, estimulante, lúcida y optimista, Mollick expone las prometedoras perspectivas y el gran potencial de esta nueva era.
La Segunda Guerra Mundial es un momento decisivo de la historia europea, aunque pocas veces nos la han contado desde la perspectiva de los colaboracionistas. Decenas de miles de europeos tomaron parte en las políticas imperiales del Tercer Reich, espoleados por el miedo a perder una oportunidad irrepetible e inspirados por los deslumbrantes triunfos de la Alemania nazi. Este libro ahonda en su universo mental, en sus trayectorias desde los años treinta, en sus estrategias políticas, en sus tormentosas relaciones con los alemanes, en el sentido de sus decisiones y de sus acciones, incluyendo la creación de unidades de voluntarios para la guerra contra la Unión Soviética. Lejos de verse a sí mismos como meros peones, los colaboracionistas creyeron que una cooperación estrecha y leal con los ocupantes sería la manera más rápida y eficaz de promover sus intereses personales y sus proyectos políticos. Marginados por sus convecinos como traidores y perseguidos por la resistencia acabarían firmando un pacto de sangre con los ocupantes, contribuyendo al saqueo de sus países y empujando a sus comunidades al borde de la guerra civil. No en vano, la condena y depuración del colaboracionismo pondría los fundamentos de la refundación del continente en la posguerra.
Bosques, selvas y humedales en llamas. Poblaciones perdidas bajo inundaciones imprevistas. La diversidad de flora y fauna de grandes zonas diezmada por los efectos irreversibles de la contaminación. Fortunas inconmensurables concentradas en las manos de unos pocos, en un mundo donde millones de personas pasan hambre. Infinidad de vidas perdidas a diario. No se trata de escenas de una película catástrofe: son las imágenes reales que nos llegan de manera cotidiana, desde todos los rincones del planeta. De este planeta, que está colapsando. Después de dejar pasar grandes oportunidades, la puerta a un hábitat sustentable se ha cerrado. Hoy enfrentamos las consecuencias de un cambio climático descontrolado y empezamos a vivir el agotamiento de los recursos naturales. En otras palabras, no se trata de un dilema para las próximas generaciones, sino que ya mismo estamos presenciando el desmoronamiento de la civilización industrial. ¿Qué nos espera en los años venideros?