Justo después de terminar La llamada, uno de los mejores libros de no ficción de los últimos tiempos, Leila Guerriero se dirigió hacia la Costa Brava tras los pasos de Truman Capote, quien escribió allí gran parte de su célebre A sangre fría.
El resultado es La dificultad del fantasma, obra de agudeza, estructura, estilo y ritmo soberbios que mezcla investigación sobre el terreno, reportaje sobre la manipulación de la memoria, diario de escritura y reflexión sobre el ejercicio de un género literario que, justamente con A sangre fría, Capote pretendió fundar. Género que Leila Guerriero ha llevado a un nivel extraordinario de rigor y excelencia.
En este ensayo erudito y apasionado, sin duda su obra más personal, Robert Graves (1895-1985) reconstruye el lenguaje mágico de la Europa antigua mediterránea y septentrional, vinculado a ceremonias religiosas populares en honor a la diosa Luna. En ella mezcla distintos géneros para, a través de los bosques mitológicos de medio mundo, sumergirnos en los antecedentes históricos, tribales y místicos de la poesía, pasando de las mitologías griegas a las simbologías panteístas y naturalistas de los bardos celtas, para terminar satirizando a la sociedad contemporánea. La presente y definitiva edición de La Diosa Blanca la ha llevado a cabo el profesor Grevel Lindop a partir de la última versión y apuntes del autor para la de 1961. Esta nueva y meticulosa traducción es obra de su hijo y albacea literario William Graves.
La dispersión, publicado por Eugenio Trías a principios de los setenta, ofrece un conjunto de aforismos -lúcidos y lúdicos- sobre los principales temas y problemas de la filosofía, del arte, de la escritura misma y también del quehacer humano. Cada uno de esos breves textos constituye una invitación a reflexionar sobre aquellas cuestiones que por su carácter trascendental han sido objeto permanente en nuestras inquietudes. Un Eugenio Trías vitalista, a ratos carnavalesco y hedonista pero siempre profundamente platónico, lanza un guante al lector en cada texto de este sugerente y provocador libro que incita a la reflexión e, incluso, a la polémica también. Y es que, como señalaba el propio Trías, «Escribir es inscribir algo en la carne. Es tatuar al que lee.»