Cuando Albert Speer fue condenado por el tribunal de Nuremberg, en 1948, a veinte años de prisión, Hugh Trevor-Roper escribió: «Ahora probablemente tendrá la oportunidad de escribir su autobiografía. Serán las únicas memorias del Tercer Reich que, siendo de gran valor, además invitarán a la lectura.» El libro que hoy presentamos es la crónica apasionada de un hombre que durante doce años estuvo unido a Adolf Hitler por una relación única aunque de distinto signo: como arquitecto remodelador de la ciudad de Berlín, capital del Imperio, como amigo próximo en las tertulias de la Cancillería del Reich, como tecnócrata y organizador de una prodigiosa estructura armamentística y, a la vez, como un inesperado opositor. El documento que hoy presentamos es sin duda uno de los más valiosos para entender un período turbulento de nuestra historia reciente.
Discípulo de Platón, Aristóteles (384-322 a.C.) es considerado como uno de los mayores genios de Occidente y su filosofía marcó indeleblemente no sólo la historia intelectual del mundo cristiano (el movimiento escolástico es sólo un ejemplo de su influencia), sino también el pensamiento medieval judío y musulmán. En la “Metafísica” Aristóteles rebate la teoría platónica de las Ideas y expone su propio concepto de las realidades suprasensibles, en el cual convergen ontología y teología; la fusión de ambas, denominada por el autor “filosofía primera”, es el tema de esta obra que contiene algunas de las más fecundas y seminales ideas aristotélicas.
Introducción y traducción María Luisa Alía Alberca
Figura senera del pensamiento del siglo xx, CLAUDE LEVI-STRAUSS es el maximo exponente de la corriente estructuralista que propugna el entendimiento de la totalidad para comprender cada uno de sus elementos constitutivos en el area de las ciencias humanas, especialmente en los campos de la antropologia y la sociologia. En MITO Y SIGNIFICADO recopilacion de una serie de conferencias pronunciadas en la universidad de Toronto aclara que no es posible el dominio de la naturaleza por el mito y dilucida cuestiones tan complejas como la relacion entre mito e historia, la parte que ocupan las narraciones mitologicas en la cultura, susconexiones con la ciencia y con la musica, las diferencias entre pensamiento primitivo y mente civilizada, y la logica del mecanismo de transformacion del mito, que se desdobla infinitamente en un doble movimiento de inclusion y exclusion para alcanzar su caracter estructural.
Desde su condición de «melómano comprometido» pero sin renunciar a la visión del teólogo, Hans Küng analiza en este libro la relación entre música y religión, a las que separa una sutil y delgada frontera. ¿Puede la música ser medio de expresión y fuente de la fe religiosa? ¿Puede la vivencia religiosa de la música ser una apertura a la trascendencia? Para iluminar estas cuestiones, Küng se ocupa con tres grandes compositores que suponen para él «todo un reto intelectual y artístico»: Mozart, Wagner y Bruckner. Se pregunta no sólo por su religiosidad personal, sino por la presencia de la religión en su obra. Pues en estos músicos la religión ocupa un lugar significativo, ya se trate de la peculiar vinculación de Mozart con el catolicismo y su plasmación en las misas que compuso; de los dramas musicales wagnerianos Parsifal y El ocaso de los dioses, situados entre la crítica social y el anhelo de redención; o de las sinfonías brucknerianas, nacidas de la tensión entre religiosidad y modernidad. Estos ensayos de interpretación quedan enmarcados por una Obertura, exordio sobre música y religión, y un Final sobre arte y sentido que ensancha la cuestión religiosa hasta tocar las artes plásticas. Quiere así el presente libro lograr una pequeña sinfonía, una consonancia de sus distintos tiempos capaz de proporcionar al lector una mejor comprensión tanto de la música como de la religión.
Escrito desde los antípodas ideológicos y espirituales de esta corriente de pensamiento, "Nacionalismo" (1960) es uno de los exámenes más lúcidos y estimulantes que jamás se hayan escrito acerca de este fenómeno. En él Elie Kedourie (1926-1992) alumbró una obra seminal para la comprensión cabal de un movimiento alumbrado por el "sueño" romántico en el siglo XIX, en el que conoció su auge, pero que se prolonga conflictivamente aún hasta nuestros días.
Opus dei, «obra de Dios» es la definición de la liturgia según la doctrina de la Iglesia católica. A primera vista, se refiere al ejercicio del ministerio sacerdotal separado de la praxis que gobierna las otras esferas de la vida. Pero se trata de una separación sólo aparente que encierra un arcano. Es en ello en lo que se centra la investigación arqueológica de Giorgio Agamben. Un modo de filosofar que sabe como ningún otro iluminar, en los conceptos más comunes, huellas escondidas, reveladoras de filiaciones insospechadas. Llegar a la esencia del «misterio del ministerio» significa entonces descubrir, tras haber vuelto a recorrer el proceso de elaboración teológica que se remonta al cristianismo primitivo, la importancia inmensa del officium -el término latino para «liturgia»-en la concepción misma de la modernidad en Occidente. La idea del ser, la ética, la política y la economía no tienen más paradigma que el del officium. Del funcionario al militante, la acción humana se ha configurado según el modelo de proceder del sacerdote, en el cual lo que es el hombre se reduce a lo que el hombre debe hacer. Una estrategia en la que el pensamiento sismográfico de Agamben registra las primeras fisuras.