El globalismo está en crisis. Mientras el totalitarismo monetario concentra cada vez más poder en menos manos, la prosperidad declina y la libertad se desvanece. Este libro analiza las causas profundas de la crisis actual desde la escasez energética hasta la manipulación financiera y propone alternativas revolucionarias para el futuro: la autodeterminación monetaria a través de las criptomonedas, una nueva bioeconomía basada en la energía, y una democracia digital descentralizada. La revolución posglobalista: energía, dinero y democracia. A través de un riguroso análisis que combina filosofía, economía y física, Rais Busom desvela los mecanismos ocultos del poder globalista y su agenda. La obra examina cómo la crisis energética, el control monetario y la manipulación social están reconfigurando nuestro mundo, al tiempo que propone soluciones innovadoras basadas en la tecnología blockchain y una nueva concepción de la economía termodinámica. Un texto fundamental para entender los desafíos de nuestro tiempo y vislumbrar un horizonte posglobalista donde la humanidad pueda prosperar. Rais Busom es experto en pensamiento crítico aplicado a la transformación de personas y organizaciones. Su formación multidisciplinar en filosofía, administración de empresas e ingeniería de software, junto con su experiencia como docente universitario e investigador, le permite ofrecer una visión única y profunda de los cambios que están transformando nuestra sociedad. Su trayectoria profesional en proyectos de transformación y estrategia digital aporta una perspectiva práctica a su análisis del futuro posglobalista.
En 1844, y atribuyéndolo a Juan Clímaco, Kierkegaard había publicado Migajas filosóficas, obra en la que diferenciaba radicalmente la filosofía sistemática con pretensiones absolutas (representada por Hegel) del socratismo, y a este, de la relación única que se produce entre el maestro y los discípulos, tal como se establece en el caso de Cristo y los cristianos.
Dos años más tarde, el mismo Juan Clímaco (y su «editor», es decir, Søren Kierkegaard) se vio en la obligación de hacer una serie de apostillas a dicho texto. En ellas profundizaba en los muchos matices del problema de cómo cabe siquiera pensar que la eternidad se relacione con el tiempo, o sea, que Dios y la historia puedan estar de algún modo en contacto y el individuo existente pueda realmente convertirse ya ahora en seguidor de la verdad plena y eterna.
La empresa, ciertamente, no puede ser más atrevida: se trata de formular los fundamentos de una ontología existencial donde la libertad y el amor hallen cabida e incluso se conviertan en el núcleo de un nuevo pensamiento antisistemático y mucho más profundo que cualquier intento de sistema.
Cómo la tecnología digital -desde los homenajes en Facebook hasta los códigos QR en las lápidas- está cambiando nuestra relación con la muerte.
La sociedad moderna suele ocultar la muerte, como si fuera un defecto de carácter y no un hecho ineludible. Sin embargo, vivimos constantemente rodeados de muertos. Relegada lejos de nuestra vida cotidiana, medicalizada, expurgada de nuestras vidas, la experiencia de morir experimenta ahora una situación paradójica, ya que las imágenes y las palabras de los seres queridos fallecidos regresan e irrumpen de repente en las pantallas de nuestros teléfonos. Morimos, pero seguimos existiendo en la presencia de nuestras vidas online pasadas que no pueden ser erradicadas: los fantasmas digitales 'huellas electrónicas de los muertos' aparecen cuando hacemos clic.