Alina Not te romperá el corazón.
Si mañana fuera el fin del mundo…, ¿con quién te gustaría pasar la última noche?
Zoe Clark es hija de una estrella del rock y ha pasado sus dieciséis años de vida de ciudad en ciudad durante las giras mundiales de su padre. Hasta que, un buen día, sus padres anuncian su divorcio y ella y una maleta con todas sus cosas acaban en el pequeño pueblo perdido donde creció su madre. Nunca antes ha ido al instituto, ha tenido trato con gente de su edad ni sabe, en realidad, lo que es tener una vida normal.
Un grupo de música de adolescentes, una pandilla de amigos y ese guitarrista hijo de la mejor amiga de su madre podrían ser el sitio en el mundo que creía no ir a encontrar jamás. Claro que también está ese estúpido batería al que no soporta y que parece odiarla en la misma medida y sin ningún motivo. Ese chico que, por alguna razón, ha renunciado por completo a la idea de ser feliz.
It seems like Sage’s whole world is on fire the summer before she starts seventh grade. As house after house burns down, her Bushwick neighborhood gets referred to as “The Matchbox” in the local newspaper. And while Sage prefers to spend her time shooting hoops with the guys, she’s also still trying to figure out her place inside the circle of girls she’s known since childhood. A group that each day, feels further and further away from her. But it’s also the summer of Freddy, a new kid who truly gets Sage. Together, they reckon with the pain of missing the things that get left behind as time moves on, savor what’s good in the present, and buoy each other up in the face of destruction. And when the future comes, it is Sage’s memories of the past that show her the way forward. Remember Us speaks to the power of both letting go . . . and holding on.
Todo el mundo quiere saber cómo lo hace Zoe. Su familia, ese chico tan mono con el que se cruza siempre en la pista de hielo y sus compañeros de clase. Quieren saber exactamente cuántos kilos marca la báscula y cuántas calorías consume al día, y si no le preocupa no despertarse a la mañana siguiente. Quieren saber por qué, pero no quieren oír la verdad, porque la verdad no es sensacionalista.
La verdad es que Zoe no se siente suficiente para su familia, ni para ese chico con el que se cruza siempre en la pista de hielo, ni para sus compañeros de clase. Ni siquiera se siente suficiente para la enfermedad.
La verdad es que Zoe se considera más monstruo que chica, sin llegar a ser un monstruo del todo.
La verdad es que nunca es todo o nada.
No hay una verdad absoluta, pero la paz existe, la tranquilidad existe, la recuperación existe.
Y si Zoe aprende a aceptar la ayuda de quienes quieren saber cómo, quienes quieren saber por qué, las terminará conociendo.
Annaleigh vive una vida privilegiada en su mansión de Highmoor frente al mar con sus hermanas, su padre y su madrastra. Una vez fueron doce, pero la soledad reina en los majestuosos salones ahora que las vidas de cuatro de las jóvenes han llegado a su fin. Cada muerte fue más trágica que la anterior y en los pueblos de alrededor corren rumores de que la familia está maldecida por los dioses.
Acosada por una serie de visiones, Annaleigh comienza a sospechar que las muertes no fueron accidentes. Desde hace tiempo, sus hermanas se escabullen cada noche para asistir a deslumbrantes fiestas bailando hasta el amanecer con sus vestidos de seda, y Annaleigh no está segura de si intentar detenerlas o unirse a ellas en sus encuentros prohibidos. Porque ¿quién (o qué) está en realidad bailando con ellas?
Y, cuando Annaleigh conoce a un misterioso desconocido que guarda sus propios secretos, sus sospechas se convierten en una carrera para revelar la oscuridad que ha caído sobre su familia... antes de convertirse en su próxima víctima.
Abby lleva años enamorada de Dylan, el hermano de su mejor amiga Liv. Pero siempre ha sido un amor platónico, pues él es diez años mayor, vive en California y ni siquiera repara en su existencia.
Tras verse plantado prácticamente en el altar por la que creía el amor de su vida, Dylan ha regresado a casa para curarse las heridas. La misma casa donde Abby pasa un mes todos los veranos desde que él se fue.
Solo que, ahora, a sus casi veintidós años, Abby se ha convertido en una mujer alocada, desinhibida y… muy atractiva, que no va a dejar pasar la oportunidad de conquistar el corazón de Dylan.
No importa que él no esté de humor para nadie y mucho menos para una chica que no deja de meter las narices en sus asuntos, porque se ha propuesto conseguir que sonría, recupere el humor y se vuelva, por fin, loco por ella.
CLAY
Las chicas Marymount somos buenas chicas. Castas, puras, casi inalcanzables, y lo importante no es serlo sino parecerlo. Yo no soy la excepción, sé portarme bien, con mi uniforme planchado, mi cuerpo erguido; de lunes a viernes soy la dueña del instituto y los domingos… una buena niña católica.
Esa soy yo, siempre tengo el control. No puedo confesar lo que realmente quiero, he de ocultarlo, cada día, cada hora, luchar contra el deseo constante de meter mi mano bajo su falda. Porque todos interpretamos un papel, y el mío es ser perfecta.
OLIVIA
Todos los días pongo rumbo al colegio Marymount con una motivación: graduarme y entrar en la universidad. No me avergüenzo ni de mi familia ni de mis orígenes, aunque todos en la escuela se dediquen a cuchichear sobre el largo de mi falda o el rojo de mis labios.
Ellos siempre me han despreciado y creen que no voy a defenderme. Se equivocan. Lo haré cuando esté a solas con ella y le demuestre que no hace falta que sea un chico quien la toque para dejar aflorar todo lo que esconde con tanto esfuerzo.