El destino lleva a Amanda y a Nate a fingir que salen juntos. ¿La realidad? No se soportan. Amanda se ha pasado toda su vida fingiendo.
Finge que no le importa que su madre la obligue hacer de canguro de su odioso hermano pequeño todos los días. Finge que no sigue dolida porque su «mejor» amiga le robara el novio. Finge que es feliz con su vida.
Nos contamos nuestros más oscuros y personales secretos a través de cartas y notas escondidas entre las páginas de un libro. Es divertido hasta que descubro quién es la persona del otro lado de las cartas.
Xavier Emery es el jugador de baloncesto que tiene a todos obsesionados…, y aunque me atormentaba de pequeña, creo que me estoy enamorando de él.
Aun así, las reglas son claras: no queremos saber con quién estamos hablando, y las confesiones nunca jamás pueden salir a la luz porque podría destruir la vida de muchas personas.
De todos modos, no importa. El chico más popular del instituto no descubrirá que soy yo la que responde a sus cartas, y aunque lo supiera, no se enamoraría de mí… ¿verdad?
Han pasado cinco años desde que Ana Shirley llegó a la granja de los hermanos Cuthbert. Después de ganarse el corazón de los habitantes de Avonlea, Ana es ahora una adolescente que debe asumir las responsabilidades que conlleva hacerse mayor. En esta nueva aventura en Tejas Verdes, Ana se enfrentará al reto de ser la única maestra de la escuela local y, además, tendrá que plantar cara a un nuevo y problemático vecino. Ana de Avonlea es la segunda de las novelas que conforman la serie más célebre de Lucy Maud Montgomery. En esta ocasión, vemos el crecimiento personal y espiritual de Ana, que nos recuerda, una vez más, la importancia de la solidaridad, la amistad y el sentimiento de comunidad.
Ana Shirley abandona su escuela de Avonlea para estudiar una carrera en la Universidad de Redmond y deja atrás su isla, el entorno en el que ha crecido y a sus mejores amigas. Buscar alojamiento, visitar su lugar natal, lidiar con pretendientes y hacer nuevas amistades se convierte en toda una aventura para la vital Ana, que también deberá enfrentarse a momentos dolorosos.
Ana de la isla es la tercera novela del célebre ciclo creado por la canadiense Lucy Maud Montgomery. Además de temas ya presentes en las dos novelas anteriores, como la importancia de la amistad y del sentido de pertenencia, vemos aquí disquisiciones sobre la plenitud personal, el amor ideal y, en definitiva, la madurez y las crecientes responsabilidades de Ana y de sus amigos.
Las tres primeras novelas de la saga Ana de Las Tejas Verdes reunidas por primera vez en una edición de lujo para disfrutar como nunca de las peripecias de una de las heroínas más queridas de la historia de la literatura.
Pero es mucho mejor ser Ana de Las Tejas Verdes que Ana de ningún lugar, ¿no?
Conocer a Ana de Las Tejas Verdes es conocer a todas las niñas que alguna vez soñaron trasladar la magia de los libros a su realidad de cada día...
Quizá ese es el secreto de la inmortalidad del personaje creado por Lucy Maud Montgomery: su don para encontrar la belleza en lo común. Convirtiendo a un simple cerezo en la Reina de las Nieves, pero también iluminando con su mirada tan perspicaz como maravillada el pueblo de Avonlea y a sus habitantes, desde el dolorosamente tímido, pero siempre amable, Matthew, hasta la entrometida Rachel Lynde o a la estricta Marilla y su gran corazón.
En 1905 Lucy Montgomery empezó a escribir la primera de las novelas de un personaje y una serie que la harían famosa mundialmente, Ána de Tejas Verdes. Envió el manuscrito a varios editores, pero todos ellos lo rechazaron, ella un poco decepcionada, guardó el documento. En 1907 volvió a encontrar ese manuscrito, lo releyó e intentó de nuevo su publicación. Los editores de la Page Company of Boston, decidieron publicar la novela en 1908. Se convirtió en un éxito de ventas inmediato, con seis ediciones en seis meses y marcó el inicio de la carrera de Lucy Montgomery como novelista e hizo de ella la autora canadiense más leída.
LUCY MAUD MONTGOMERY, nació en Clifton (en la actualidad New London) en la isla del Principe Edward, Canadá, el 3o de noviembre de 1874. Su madre murió cuando Lucy tenía sólo veintiún meses de edad, y su padre la dejó a cargo de sus abuelos maternos. Al ser «hija única» que vivía con una pareja mayor, recibió una educación muy estricta, y encontró compañía en su imaginación, en la naturaleza, en los libros y en la escritura. En 1893 y 1894 estudió para conseguir su título de Magisterio. Publicó veinte novelas, quinientos treinta relatos cortos, unos quinientos poemas, treinta ensayos y su autobiografía. El 24 de abril de 1942 fue encontrada muerta en la cama de su casa en Toronto. La causa de la muerte, tal como se registró en el certificado de defunción, fue una trombosis coronaria.