El síndrome de Cenicienta es un padecimiento real, consecuencia de las fantasías de amor más nocivas que la cultura pop nos ha vendido como «verdades». Algunos de los síntomas Creer que una relación le dará sentido a tu vida. Tener miedo a ser independiente y querer que alguien te «rescate» todo el tiempo. NECESITAR una relación para ser feliz. Pensar que el amor lo resuelve todo. Esperar que tu pareja lea tus pensamientos para no comunicarle tus necesidades. La idea de que el amor es un cuento de hadas es tan dañina como una manzana envenenada. Si el beso del «amor real» no puede convertir a un sapo en un príncipe, ¡mucho menos hará que venga con todo y responsabilidad afectiva! Shannon Heth y Beau Nelson te enseñarán a romper los patrones que te enredan una y otra vez en noviaz gos en los que debes lidiar con villanos. El síndrome de Cenicienta te ayudará a abrazar tu independencia para transformarte en la única heroína de tu historia de amor.
¿Por qué en el colegio las chicas creen que no han estudiado lo suficiente y en cambio los chicos piensan que «el examen era muy difícil»? ¿Por qué la mayoría de las mujeres sienten que son un fraude en su trabajo y que sus éxitos son solo fruto de la buena suerte?
Esto es lo que se conoce como el síndrome de la impostora: un problema de falta de autoestima y confianza para desarrollar puestos en espacios tradicionalmente masculinos, algo que sigue afectando a muchas mujeres que, para compensar ese sentimiento de culpa, acaban soportando un exceso de presión y de carga de trabajo.
Quítate la venda de los ojos.
Cuestiona tu sistema de creencias.
Abraza el cambio y la transformación.
Sé valiente y atrévete a vivir tu propia vida.
En general llevamos una existencia de segunda mano, artificial y prefabricada. Lo cierto es que estamos completamente perdidos en el arte de vivir. No sabemos quiénes somos ni para qué vivimos. Ni tampoco cómo sentirnos verdaderamente felices. Dado que no contamos con ninguna brújula interior, simplemente nos dedicamos a seguir el camino trillado por el que circula la mayoría. Estudiamos. Trabajamos. Consumimos. Y nos entretenemos, volviéndonos adictos a todo tipo de parches para tapar nuestro vacío.
Sin embargo, tarde o temprano nos adentramos en una profunda crisis existencial, experimentando una saturación de sufrimiento. Es entonces cuando hacemos algo revolucionario: iniciar un proceso de autoconocimiento, cuestionando las creencias con las que fuimos condicionados por la sociedad. A su vez, nos liberamos de todas las cadenas mentales que nos mantenían presos. Y como consecuencia, nos atrevemos a seguir nuestro propio camino en la vida, honrando nuestra singularidad como seres humanos.
Cada vez que te encuentres del lado de la mayoría es tiempo de hacer una pausa y reflexionar.