Verenize de Veda nunca quiso ser rey. Le gustaba la vida que le había tocado, le gustaba aprender nuevos círculos de invocación, nuevas formas de provocar a su caballero protector, de evitar sus deberes o robar mandarinas de las cocinas. El peso de la corona recaía en su hermana Sera, quien se la merecía más que nadie y a quien Nize quería más que a nadie. El día en que Sera fue asesinada, Nize perdió dos vidas: la de su hermana y la suya propia. Ahora es él quien ha de heredar la corona, pero al príncipe poco le importa el trono; solo vivirá por y para encontrar al asesino de Sera, así tenga que romper todos los tabúes de su religión, pactar con mil demonios, derramar sangre, iniciar guerras. Aunque tenga que convertirse en el rey que nunca quiso ser y su caballero lo mire justo como lo está mirando en este preciso momento. Ah, Sasha. Tan noble y tan estrechito de miras. No, Verenize de Veda nunca quiso ser rey, pero si ese es el precio a pagar, que así sea.
Ellie Ross vive por y para el baloncesto.
¿Su objetivo? Ser la primera chica en el equipo de su ciudad.
¿Su mayor obstáculo? Víctor, con quien no habla desde los quince años y con quien, desde luego, no terminó nada bien.
Jay Ross vive por y para su familia.
¿Su objetivo? Encontrar cuál es su propósito de una vez por todas.
¿Su mayor obstáculo? El nuevo cuidador de su abuela: el despreocupado y odiosamente perfecto Nolan.
Del amor al odio hay solo un paso, pero del odio al amor hay un camino muy largo. Uno lleno de crisis existenciales y pelotazos en la cabeza.
Y, como cada año, las luces de febrero aguardan al final del camino. ¿Has pensado ya en tu deseo?
La suerte está echada.
Jo March está muy feliz por empezar la universidad. Este año su objetivo es vivir la experiencia a tope. Para ello, tiene claro que irá a todas las fiestas, conocerá a personas interesantes y se liará con quien quiera y cuando quiera. Solo se ha autoimpuesto una norma: no va a enamorarse, de eso ya ha tenido suficiente.
Sobre el papel todo está claro, pero cuando empieza a poner en marcha el plan, sus ligues van de mal en peor. Y por si fuera poco, siempre hay un testigo misterioso: el vecino guapito del segundo B que no para de reírse de sus desgracias, pero, a la vez, es el único con quien puede compartir sus penas.
Entre ellos florecerá una amistad que se irá convirtiendo en algo mucho más interesante... y divertido. ¿Podrá Jo ser fiel a su única norma?
Una relación con derecho a roce, un edificio sin cobertura en el centro de Nueva York y un secreto que podría cambiarlo todo.
¿Y si entre la amistad y el amor solo hubiera un piso de distancia?
¿Y si para seguir adelante tuvieras que retroceder al punto donde todo comenzó?
Para Hunter, la música es mucho más que un conjunto de notas dando forma a una melodía. Las canciones que compone son un refugio. Acordes que hablan de sueños y miedos. De ganas y carencias. Compases que iluminan las sombras del frío y solitario mundo en el que ha crecido. Musas que han transformado su pasado en un presente brillante.Sin embargo, esa inspiración enmudece cuando encuentra una carta manuscrita en su buzón, que lo obliga a cuestionarse todo lo que sabe sobre sí mismo.
La vida de Willow se ha convertido en una caja de momentos desordenados y sueños frustrados. Siente que ha perdido su lugar en el mundo y ya no recuerda a esa persona que siempre quiso ser.
Mientras la nieve cae silenciosa, Hunter y Willow descubrirán que el destino no siempre tiene la última palabra y que los momentos, buenos o malos, nos van convirtiendo en todo lo que somos. Que a veces basta con escuchar al corazón para encontrarse a uno mismo. Y que hay amores de invierno, capaces de sobrevivir al deshielo y convertirse en canciones eternas.
Una novia a la fuga, un friki desempleado y un perro en celo… ¿Qué podría salir mal?
Levina Roth se encuentra camino del altar para casarse con un hombre al que no ama.
Allek Morris recibe una llamada para ofrecerle su trabajo soñado en una ciudad al otro lado del país.
Cuando sus caminos se crucen, Levina convencerá a Allek de que la lleve con él a Portland. Pero Allek sospecha que no todo es como Levina le cuenta. Durante un viaje en el que se enfrentarán a atracadores con pistola, cabañas siniestras e intentos de secuestro, comenzarán a conocerse cada vez mejor y a descubrir que la vida al lado del otro puede ser muy divertida.
Porque, cuando se juntan dos personas que vienen de mundos tan opuestos... cualquier cosa es posible.
Billie acaba de cumplir veinte años y sus últimos días en París, después de vivir en el extranjero con su padre, los pasa con los sentimientos a flor de piel: tristeza por dejar a sus amigos y entusiasmo por lo que traerá esta nueva etapa. En Nueva York se le presenta la oportunidad de un nuevo inicio, incluso bajo la mirada de su guardaespaldas Caleb, quien podría ser más que un simple protector y amigo. Pero a los pocos días percibe un cambio en él, de pronto desconfía de su relación con sus nuevos amigos, con la hermosa (por no decir seductora) familia sueca del piso de arriba y con Thomas, un apuesto estadounidense que conoció en su fiesta de despedida. A medida que Billie entra a un revelador mundo de riqueza y secretos, donde no todos son quienes parecen ser, tendrá que navegar entre nuevas relaciones volátiles y los misterios de su pasado para encontrar su camino.