EL SEGUNDO ACTO DE LA GRAN SAGA APOCALÍPTICA DE JONATHAN HICKMAN Muerte sigue buscando a Babilonia mientras los otros tres jinetes del apocalipsis van tras él. Todo ello en una Norteamérica dividida en la que las conspiraciones se multiplican.
Con Jerusalén liberada, Torquato Tasso se propuso escribir un poema épico a la altura de la Ilíada y la Eneida, pero no inspirado en la mitología, sino en un hecho histórico: la conquista cristiana de Jerusalén durante la Primera Cruzada. El sitio de la ciudad ofrecía el marco para la restauración de la epopeya clásica, pero la imaginación poética le infundió su pathos, porque Tasso jamás renunció a la voluntad de asombrar al lector ni a la convicción de que el verso era el medio para lograrlo. Mezclando verdad y ficción, armas y amores, fábula y tragedia, creó una epopeya moral sublime, reflexiva y melancólica, y no sólo cantó la gloria de los vencedores, sino que puso la poesía al servicio de los vencidos. Publicada en 1 5 8 1, la obra no tardó en convertirse en una de las más leídas y apreciadas de Europa, e inspiró a generaciones de pintores, músicos y escritores: de Tintoretto a Delacroix, de Monteverdi y Händel a Dvořák, y de Milton y Rousseau a Goethe y Byron, todos sucumbieron a los encantos de esta extraordinaria gesta que los melódicos versos de José María Micó logran verter al español con precisión y desenvoltura.
Un estuche muy especial que presenta las novelas Asesinato en el Orient Express, Muerte en el Nilo y Las manzanas (en la que se inspira Misterio en Venecia, la última gran película de Kenneth Branagh), tres obras fascinantes para disfrutar del ingenio de la Gran dama del Crimen.