Partiendo de un hecho real, que le narraron dos anarquistas huidos de la España franquista, Onetti construye una historia tensa en la que un hombre y una niña deben escapar juntos a través de una ciudad extraña... En su viaje obligado, pesan los muertos que se van aucumulando en su conciencia. Para esta noche es una novela que hilvana con maestría situaciones y personajes verídicos en una trama atravesada por elementos fantásticos.
Con la publicación de El pozo en 1939, Juan Carlos Onetti imprimía las primeras huellas de una trayectoria extraordinaria al tiempo que la literatura hispanoamericana abría sus puertas a una voz irrepetible. Este primer volumen de novelas breves abarca un período de veintidós años a lo largo de los cuales el autor uruguayo consolidó e hizo inconfundible un estilo perpetrado en obras como las que aquí se reúnen: Los adioses (1954), Para una tumba sin nombre (1959), La cara de la desgracia (1960) y Jacob y el otro (1961), además de su ya mentado debut narrativo. Sus páginas son el fruto amargo de la turbia pero hiriente mirada de unos ojos enfrentados al rostro mismo de la existencia y la condición humana.
El amor turbulento de Oliveira y La Maga, los amigos del Club de la Serpiente, las caminatas por París en busca del cielo y el infierno tienen su reverso en la aventura simétrica de Oliveira, Talita y Traveler en un Buenos Aires teñido por el recuerdo. Asentada sobre esta base, la aparición de Rayuela en 1963 fue una verdadera revolución dentro de la novelística en lengua española: por primera vez, un escritor llevaba hasta las últimas consecuencias la voluntad de transgredir el orden tradicional de una historia y el lenguaje para contarla. El resultado es este libro único, abierto a múltiples lecturas, lleno de humor, de riesgo y de una originalidad sin precedentes.
Su mujer se llamaba Magda. Lo fusilaron entre dos ladrones. Resucitó. Era cabo de un regimiento francés que en la Primera Guerra Mundial se negaba a atacar al enemigo, en un imposible intento de aplicar los principios del pacifismo en pleno campo de batalla. Una fábula, que se publicó por primera vez en 1954 y galardonada con el Premio Pulitzer ese mismo año, es una de las novelas grandes de William Faulkner; y una de las visiones más cínicas, despiadadas y lúcidas del mundo y la guerra. Este libro desolador transmite, sin embargo, la esperanza. El ser humano prevalece. El destino se ocupa de vengarlo, con un desenlace desmesuradamente glorioso. Esta es la novela que podría acabar con todas las guerras si los gobernantes enloquecidos leyeran novelas.
En un país cuyo nombre no será mencionado, se produce algo nunca visto: la muerte decide suspender su trabajo letal, la gente deja de morir. La euforia colectiva se desata, pero muy pronto dará paso a la desesperación y al caos, a conciencias corrompidas por acuerdos entre caballeros, explícitos o tácitos, entre el poder político, las mafias y las familias, pues si es cierto que las personas ya no mueren, eso no significa que el tiempo se haya parado. El destino de los humanos será una vejez eterna donde los ancianos son detestados por haberse convertido en estorbos inamovibles. Hasta el día en que la muerte dedice regresar.
Organizada en trece capítulos, a su vez divididos en varias secciones, La literatura nazi en América traza sigzagueante un recorrido por las voces, las plumas y las vidas de autores como Edelmira Thompson de Mendiluce, Luiz Fontaine Da Souza, Pedro González Carrera y Segundo José Heredia. Autores todos ellos relacionados, de uno u otro modo, con el nazismo y retratados con sus claroscuros en esta suerte de ingeniosísima enciclopedia literaria. Autores todos ellos ficticios, todos ellos inventados, frutos de la imaginación que les da vida y los dispone en la red geográfica y narrativa de un continente de historia ilusoria, poblado por escritores de historias ilusorias.