En una casa con un gran jardín en un pueblo mexicano sin nombre a finales de los años cuarenta, Peter, de seis años y medio, lee, sueña y juega con sus amigos. Es un explorador, artista, filósofo, místico y científico. Su mundo aún es nuevo, todavía no está contaminado por el conocimiento recibido.
Y el mundo real que lo rodea es único en aquella época: una comunidad de exiliados que han encontrado refugio en México de los regímenes fascistas de Europa, codeándose con sindicalistas mexicanos o artistas como Frida Kahlo. Pero los emigrados añoran su hogar, incluido el padrastro de Peter, que quiere regresar a su Alemania natal. Sin embargo, volver puede no ser seguro, lo que da lugar a angustiosas discusiones entre los padres de Peter y su pequeño grupo de amigos.
Y poco a poco, Peter comienza a comprender que su mundo puede acabar patas arriba, que podría verse obligado a despedirse de todos los que conoce y ama.
Un soberbio retrato del poder del arte, el amor y la rebeldía contra el destino impuesto.
Valladolid, 1620. Martin de Castro es un pintor de santos cuya esposa murió al dar a luz a su querida hija, Juana. La niña demuestra desde bien pequeña un talento auténtico por la pintura. Siendo ya una adolescente, ocurren dos sucesos que cambiarán su hasta entonces plácida vida: Martín es seducido por una intrigante mujer que acaba convirtiéndose en su madrastra y ella, a su vez, comienza una intensa relación con Francisco Peña, el mejor aprendiz de su padre.
Así se inicia esta intensa, barroca y fascinante novela en la que su autor ha derrochado talento narrativo para recrear la vida de una mujer que tiene que desempeñar su arte en la clandestinidad, negándose así a aceptar un destino impuesto por otros. Una vida cargada de rebeldía y plena en experiencias que trae al presente el fascinante siglo XVII.
Desde la Venecia de los dogos a la Roma de los papas, pasando por el Madrid de los Austrias y la severa Valladolid, Juana conocerá de primera mano el ambiente artístico de su época y a personajes históricos como el mismísimo Diego Velázquez o Felipe IV.
Líbano, 1910. La guerra es una amenaza cruel que se cierne sobre todos y los niños son sus víctimas predilectas. El ejército turco está secuestrando adolescentes para obligarlos a sumarse a sus filas; por lo que Hassan debe huir junto con su padre Abdallah desde Chebaa con la esperanza de llegar a un puerto seguro donde puedan escapar hacia América. Apenas cuenta con diecisiete años y Hassan ya sabe lo que es perder su hogar. En su travesía, Hassan es separado de su padre al ser aprehendido por un general, pero su iniciativa y buen juicio le permiten ganarse la confianza del militar, e incluso ocupar un lugar dentro del cuartel como receptor de los mensajes en clave morse. Sin embargo, cuando Hassan se ve en la encrucijada de revelar la ubicación de un pueblo de cristianos y maronitas, en su lugar da las coordenadas de un campamento turco. Su traición costará la vida de doscientos soldados. A partir de entonces, sobre su cabeza pesará una sentencia de muerte hasta que logre abordar el barco que lo llevará hacia un lejano destino donde conocerá a muchos migrantes como él: el puerto de Veracruz…
En este primer libro de ficción, Borges trabaja con biografías de ladrones y rufianes; personajes traidores y a veces también heroicos. Aquí están, entre otros, Lazarus Morell, redentor de esclavos, Tom Castro, hijo apócrifo y tolerante, y la viuda Ching, hábil en el saqueo de altamar. Cuentos que juegan a falsear y tergiversar historias ajenas. Le siguen «Hombre de la esquina rosada», uno de sus relatos más celebrados, y «Etcétera», un testimonio de sus incontables lecturas: «A veces creo que los buenos lectores son cisnes aún más tenebrosos y singulares que los buenos autores».
La vida de Azul parece perfecta: se recibió de ingeniera, tiene un buen trabajo y está casada con el marido ideal. Hasta que una mañana como cualquier otra, se desata el principio del fin de la historia que siempre había planificado. O el comienzo de un nuevo capítulo que no estaba escrito en ningún lado. Primero un mensaje que revela una traición y luego un secreto familiar que permanecía bien guardado la llevarán a una ciudad que ama y en la que alguna vez soñó con ser pintora. Con muy pocas pistas, Azul intentará descubrir eso que se hallaba oculto y también encontrarse a sí misma. Y en ese camino alguien inesperado la tomará de la mano y le enseñará lo que es un amor real. Lo nuestro fue real, de la autora del best seller El libro más lindo del mundo, es una novela sobre cómo los problemas de generaciones pasadas se transmiten y llegan al presente, cómo los silencios y secretos siguen doliendo en la familia que los recibe, sin saberlo. Destapar traiciones del pasado lleva mucho coraje, pero la búsqueda de la verdad nos muestra que podemos cambiar el destino, aunque nos digan que no y aunque nosotros mismos levantemos barreras que parecen imposibles de traspasar.
Richard VanRyan lo tiene todo.
Una mujer estupenda, una familia preciosa, grandes amigos y una carrera meteórica. Está cabalgando alto en la cima de la vida.
¿Qué pasará cuando el viaje se detenga, cuando lo impensable se haga realidad y la vida nunca vuelva a ser la misma?
El contrato ha cambiado.
¿Podrán Richard y Katherine superar la enmienda?
Nápoles, 1900. Fabio, el dueño del teatro Dellanotte, parte de viaje por un año, y encarga a sus dos hijos: Adriano, violonchelista ciego, y Carlo, la responsabilidad de regentar el teatro de la ópera. Pero tras su partida, todo va a cambiar. Sus hijos, aunque Carlo está casado, se enamoran de la misma misteriosa mujer. Su esposa desarrolla aficiones que no imaginaría. Y un sanguinario asesino en serie se dedica a matar en el teatro, siguiendo las pautas de un antiguo manuscrito que narra la vida de Diane, la criada muda de la envenenadora marquesa de Brinvilliers, en el París del Rey Sol. Para atraparlo, recibirán la ayuda de Gianni Leone, colaborador del fundador de la escuela italiana de antropología criminal Abele de Blasio. Se valdrá de sus nuevos, pero aún no probados, métodos científicos, para lograrlo… ¿o no?
"Un mismo principio puede curar o matar, que no es otra cosa que sanar de la vida".
Un joven abogado ingles instalado en Singapur recibe la visita de su amigo Robert Crosbie, propietario de una plantación de caucho. El empresario está muy alterado porque su esposa, Leslie, ha sido arrestada por el asesinato de Geoffrey Hammond, capataz de la plantación y amigo de la familia, y quiere pedir al abogado que se encargue de su defensa. A priori no parece un caso muy complicado, especialmente cuando Leslie alega que, la noche del asesinato, Geoffrey va intentó abusar de ella aprovechándose de que estaba sola en la casa de la plantación. Además, el testimonio de Leslie, tan tranquila y sensata, parece muy convincente, o al menos esa es la impresión del abogado hasta que aparece una carta.
En 1970, Jim Harrison tiene la edad con la que murió Cristo y lleva encima la cruz del alcoholismo y la depresión. Primero perdió un ojo y luego a su hermana del alma y a su padre, arrollados por un conductor borracho. Está cansado de ganarse el pan dando clases de Literatura a chavales pijos de la Costa Este, de modo que lee a Lorca y a Rimbaud como si la vida se le fuera en cada verso y sale a pescar a lugares remotos como si así pudiera alejarse de sí mismo. Hasta que un día tiene un accidente en la montaña: cae por un acantilado y se destroza la columna vertebral. Deberá guardar cama durante meses y no está claro que vuelva a caminar. Podría ser el final.
O el principio. Harrison pasó los dos meses siguientes postrado y escribiendo día y noche en la vieja Remington de su padre. El resultado fue «Lobo», una novela arrolladora, furiosa y bellísima, por momentos brutal, y lúcida en cada línea. En palabras del propio Harrison, «Lobo» (subtitulada «Unas memorias falsas») «es la historia de un hombre joven que ha hecho demasiadas imbecilidades en su vida y se retira a los bosques para encontrarse a sí mismo y, sobre todo, para encontrar un lobo». En ella descubrimos los grandes temas del mejor Harrison: la celebración de la naturaleza y la crítica a la degradación del mundo salvaje bajo el imperio del capital, los personajes heridos de muerte por la soledad, eternos vagabundos y marginales, desencantados con el progreso de una civilización ciega y enfebrecida, que buscan en el whisky, la marihuana y el sexo al menos un instante de sosiego. Pero lejos de idealizar esa naturaleza en la que parece refugiarse, Harrison hace brotar de sus profundidades toda la violencia y el miedo que alberga su alma. Un lobo siempre será un lobo.