Poe sigue siendo para la mayoría el padre del terror contemporáneo, con sus cuentos extraordinarios y fantásticos, de modo que el gran prosista —autor de ensayos y de una novela, Aventuras de Arthur Gordon Pym— habitualmente se ha superpuesto al poeta. Sin embargo, Poe publicó cuatro libros de poemas en vida y nunca dejó de considerarse, esencialmente, poeta. Tamerlán y otros poemas, de 1827, era su primer libro. Pero su libro de veras significativo fue El Cuervo y otros poemas, editado en 1845. Es este Poe, el del último libro de versos y algún poema suelto publicado en revistas al fin de su terrible y sombría vida, el que se constituyó en ese faro del Simbolismo, representado en el cuervo que dice “Never more” —Nunca más— posado en el busto de Palas Atenea.
En esta brillante alegoría acerca del poder y la rebelión, la extensa familia de los Ventura, sus cónyuges y sus treinta y cinco hijos pasan el verano en una mansión señorial alejada de la civilización, que se alza como un espejismo en medio de la llanura. Por sus habitaciones deambulan los niños, poblandolas con intrigas y juegos que alteran el orden impuesto por sus padres decadentes. Y cuando los mayores deciden pasar un fastuoso día de campo solos, encierran a sus hijos en el enorme caserón, solo separado por una reja con lanzas de la naturaleza y sus fuerzas indomadas. Pero también en los niños anida la subversión.
Cuatro mujeres chilenas, a las puertas de la madurez y a orillas de un lago, dan curso sin inhibiciones al relato apasionado de sus historias personales.
Vidas marcadas a fuego por la experiencia socialista durante el gobierno de Salvador Allende y el golpe militar de 1973, pero también por la huella más íntima del amor y del dolor, el desengaño y la compasión. Los hilos de estas biografías están entrelazados con las vidas de otras mujeres -amigas, primas, hermanas-, planteando página a página los dilemas de la sumisión, la infidelidad y el matrimonio, el trabajo y el sexo.
Apagados el fragor de las utopías y la explosión del feminismo, Marcela Serrano ilumina la relación hombre-mujer desde una óptica femenina inédita y enfrenta sin concesiones los claroscuros de la condición existencial de la mujer.
En El matarife, Sándor Márai -uno de los grandes escritores del siglo XX- reflexiona con brillantez y hondura hasta qué punto un ser humano puede modificar su propia naturaleza sometido a los estragos de una guerra despiadada y cruel.
El indolente Otto Schwarz es un ejemplo escalofriante de abyección salvaje: para él, matar animales en un desolladero berlinés o soldados enemigos en el frente no supone una gran diferencia, sino una suerte de vocación. Sándor Márai ha sabido concentrar en un solo personaje el irreprimible trastorno psíquico que condujo a la Primera Guerra Mundial, con la irónica distancia y la fría concisión de un cronista, como algo perteneciente a una nueva y aterradora normalidad de la que es imposible salir indemne.
Conspiración, traición, corrupción política bajo el techo de la sociedad aristócrata francesa.
La cuarta entrega de la saga de los Médici está protagonizada por María de Medici, primero reina consorte de Francia (1600-1610) y, luego, regente del trono en nombre de su hijo Luis.
La novela muestra a una mujer fuerte y valiente con gran talento para la estrategia política, obligada a luchar contra la ambición de poder de la aristocracia para salvaguardar el trono durante un periodo difícil para Francia. La historia gira en torno a las tres figuras más importantes de Francia en la época: la misma María de Médici, el cardenal Richelieu y el rey Luis XIII.
De cronología episódica, la novela cuenta los principales momentos de la vida de la protagonista, como la llegada al Louvre y su lucha inicial contra la desconfianza de los franceses, consiguiendo así una tensión constante entre tramas paralelas que crean una acción a la altura de las entregas anteriores de la saga.
Ésta es la historia de Merlín, de cómo su origen bastardo le marcó en sus primeros años de vida, de sus comienzos como mago bajo la tutela del ermitaño Galapas, del encuentro con su padre -el rey Ambrosio- y de su aprendizaje en el camino de la adivinación.
La novela nos muestra desde su infancia hasta su primera juventud, cuando Merlín ayuda al rey Úter a entrar en las habitaciones de Ygerne y colabora de este modo en la gestación del futuro rey Arturo.
La cueva de cristal es también una historia del territorio que actualmente conocemos como Gran Bretaña, y de las alianzas entre sus reyes del siglo V d.C., una época protagonizada por las dispuestas entre las diferentes facciones nobiliarias por el dominio de la isla.