Meses después de que la pandemia del Diluvio Seco haya borrado a casi toda la humanidad de la faz de la Tierra, Toby y Ren han rescatado a su amiga Amanda de las garras de los despiadados paintbalistas. Juntas, regresan a la cabaña de los locoadánidas. Cuyo reticente profeta, Jimmy -Hombre de las Nieves-, debilitado a causa de la fiebre, hace que Toby tenga que predicar la teología de los crackers. Zab, por su parte, ha estado buscando a Adán Uno, fundador de los Jardineros de Dios, la religión ecologista y pacifista de la que él mismo se desvinculó años atrás para guiar a los locoadánidas en su resistencia activa contra la acción destructora de SegurMort.
El documentalista Diego González se muda a Barcelona. Desea una vida tranquila, pero su pasado lo atrapa por haber sido el causante del encarcelamiento de un capo del narco mexicano.
Diego González es un documentalista que habla dormido. Está casado con una sonidista que trata de descifrar lo que dice en sueños. Se muda a Barcelona, pero el pasado lo alcanza como una pesadilla. La visita de un viejo conocido, el periodista Adalberto Anaya, trastoca su reciente tranquilidad. Anaya #quien ha vigilado a Diego durante años con la atención casi desmedida de un admirador# lo culpa de haber hecho un documental para entregar a un narco. Diego se ve obligado a lidiar con este enemigo que es, al mismo tiempo, su único aliado. La tierra de la gran promesa es una metáfora del México contemporáneo. Una lectura amplia sobre las entretelas de la corrupción y la vida íntima donde las verdades se pronuncian al dormir. Una reflexión sobre la forma en que el arte influye en la realidad y en que la realidad distorsiona al arte. Una novela tan política como personal que mantiene a Juan Villoro como un testigo excepcional de nuestro tiempo.
«Por fin: aquí están los prolegómenos de la gran obra, la aurora boreal del ciclo, el lienzo secreto del fresco, el solar en el que se construyó la catedral de siete pilares, el prefacio del propio Marcel, la búsqueda de En busca del tiempo perdido. [...] Proust ha vuelto, único y visionario como siempre» ( J. Garon, L’Obs). Así han saludado unánimemente los expertos y la crítica el hallazgo de este tesoro literario: un manuscrito mítico que ve la luz tras el fallecimiento de su propietario, Bernard de Fallois. Escritos entre 1907 y 1908, con estos episodios emblemáticos y fundacionales de su obra maestra se penetra por arte de magia en la memoria proustiana como si se tratara de una primigenia autobiografía en la que los personajes y los lugares surgen en toda su desnudez y conservando sus nombres auténticos —la abuela Adèle, la madre Jeanne y un joven Marcel estremecedoramente «humano, amoroso, atento con su familia, fiel y generoso» (A. Compagnon, Le Figaro Littéraire).
Tras finalizar el curso escolar, el joven y único profesor del colegio rural de Tiboonda se dispone a pasar unas semanas de descanso en la civilizada Sydney para disfrutar de la costa, el mar y quizás el amor. Antes de volar hasta allí, John Grant se ve obligado a pasar una noche en Bundanyabba, localidad minera de sesenta mil almas del interior de Australia, donde lo mejor que puedes hacer es beber cerveza fría en uno de sus incontables bares a fin de sobrellevar el calor extremo. O apostar al Two-up, juego tradicional australiano que consiste en lanzar dos monedas al aire. Eso es lo que hace John Grant, que en los fatídicos días posteriores a esa noche se sumergirá en una orgía de violencia, alcohol y podredumbre que lo conducirán al límite de sus fuerzas y salud mental. Kenneth Cook debutó en 1961 con esta escalofriante novela, hoy en día considerada una obra de culto junto con su adaptación cinematográfica, sobre un hombre a la deriva en la Australia profunda.
Marcada desde la niñez por la inmensa fortuna de su padre, la vida de Jonathan James Whalen ha sido una constante huída de una realidad que se le antoja anodina, de una historia familiar que somete su voluntad y de un listado de convenciones sociales que lo encorsetan. Y con su fuga se solaza en los mejores salvoconductos que la clase alta estadounidense de los setenta puede ofrecer: sexo, violencia y drogas; cualquier chispa que azuce la búsqueda desaforada de ese algo más real que el subidón artificial del poder y el estatus. Luego de unos años en el exilio, Whalen vuelve a casa y se encuentra con los réditos de su imperio acerero y la decadencia de un "sueño americano" transformado en pesadilla: una sociedad inequitativa, sádica, adicta al consumo y a la deificación del yo. Es entonces cuando decide emprender una travesía final para hacer frente al terror del que ha escapado durante toda su vida: él mismo.
La base militar estadounidense de Mannheim, en Alemania Occidental, es en apariencia un lugar tranquilo. Estamos a finales de los ochenta y la última guerra con participación norteamericana queda lejos. Los soldados marchan y practican tiro, y los oficiales tratan de escalar en la cadena de mando. El soldado Ray Elwood, asistente del coronel Berman y maestro de la burocracia y el papeleo militar, tiene montado en la base un negocio muy lucrativo: fabrica y vende heroína a la tropa. Sin embargo, la extraña muerte de un soldado a quien Elwood tenía en nómina y la llegada a la base de un nuevo sargento y su hija hacen peligrar su modus vivendi. Elwood considera que ha llegado el momento de un retiro dorado, pero para lograrlo necesita llevar a cabo una última operación de grandes dimensiones. Primera y única novela de Robert O’Connor, "Buffalo Soldiers" (1993) describe con humor negro y crudeza la corrupción, el odio racial y la degradación del ejército estadounidense en tiempos de paz.