Tokio, verano de 1947. Suspendidas sus actividades durante la Segunda Guerra Mundial, la influyente Sociedad de Tatuajes de Edo, dedicada al antiguo arte japonés del tatuaje de cuerpo entero, vuelve a recuperar sus celebraciones con un gran concurso que premie la mejor obra plasmada en la piel. Entre los participantes, mayoritariamente hombres, se encuentra la bella y rebelde Kinue Nomura, hija de un afamado artista del tatuaje, que es recibida con una ferviente ovación al mostrar la figura de una gigantesca serpiente de tinta. Relacionada con destacados miembros de la mafia local, Kinue desaparece de forma misteriosa después del evento y es hallada días más tarde descuartizada en el baño de su casa con la puerta cerrada por dentro. Aunque un vecino afirma que nadie ha entrado ni salido del apartamento, tampoco queda rastro del impresionante y codiciado dibujo en el torso de la joven. Mientras el inspector jefe Daiyu Matsushita, del Departamento Metropolitano de Policía, y su hermano Kenzo, forense que conocía y amaba a la víctima, se hacen cargo de las pesquisas, una retahíla de crímenes similares en el entorno familiar de Kinue viene a enturbiar la solución del caso.
Stella es una niña muy inteligente y sensible, precoz para su edad, pero de un tiempo a esta parte su conducta ha cambiado y Charlotte, su madre, está muy preocupada. Su comportamiento imprevisible y que en ocasiones puede llegar a ser antisocial, ha desaparecido. Stella se ha convertido en una criatura dócil y complaciente, y hasta parece haber sufrido un retroceso en su aprendizaje. Una actitud que recuerda cada día más a la personalidad de Blanka, su antigua niñera, fallecida recientemente.
Charlotte, embarazada de su segundo hijo, no se siente bien y está convencida de que, de algún modo, Blanka es la responsable de la transformación de su hija. Pero, ¿cómo es posible que la niñera siga formando parte de sus vidas? Charlotte está obsesionada y no duda de que solo ella puede salvar a su hija, incluso cuando su marido tiene claro que todo está en su cabeza.
Tras huir de Alemania, Nellie y Maria por fin encuentran en Nueva Zelanda un lugar seguro en el que establecerse con sus familias y abren una consulta veterinaria en un criadero de caballos. Pero su buena fortuna no dura mucho. Las consecuencias de la crisis económica mundial también afectan a su país de acogida y las dos amigas pronto deben emprender caminos separados. Además, la felicidad de Nellie y Walter comenzará a tambalearse cuando la Segunda Guerra Mundial irrumpa en sus vidas. Su hija, Grit, que colabora con las tropas estacionadas en la isla de Creta, corre un enorme peligro...
Mientras de niña Nora Davis dedicaba las tardes a hacer los deberes en su habitación, no tenía ni idea de que su padre estaba asesinando mujeres en el sótano.
Hasta el día en que la policía llamó a la puerta.
Décadas más tarde, el padre de Nora pasa su vida entre rejas y ella es una cirujana de éxito con una existencia tranquila y solitaria. Nadie sabe que su padre es un famoso asesino en serie. Y ella está dispuesta a todo para que siga siendo así.
Entonces Nora descubre que una de sus jóvenes pacientes ha sido asesinada. De la misma horrible y peculiar manera en la que su padre mataba a sus víctimas.
En los pasillos de esta novela, una mujer se repite y multiplica. Se parte en dos. En este mundo feroz donde el dolor persigue y es difícil encontrar un lugar, una de ellas elige la renuncia y el escape; la otra permanece siguiendo su propio rastro. Algo sucede en su cerebro. En ese trance, cuando sus recuerdos, sueños y miedos se entrecruzan en un presente continuo, ellas se preguntan si el pulso de su deseo es seguir viviendo. Isla partida es una novela fractal, deforme, poliédrica, una escritura del delirio que retrata un pensamiento desordenado, estremecido, fuera de los límites; una casa de los espejos hecha de lenguaje. ¿Qué es el mundo sino un manojo de percepciones que una mente ordena y describe con palabras? ¿Es la realidad el resultado de una escritura en código, definido por la sinapsis? Si esto es así, ¿qué pasa cuando las neuronas aumentan su transmisión de iones, o un chorro de electricidad satura su comunicación y la desborda? ¿Puede la escritura dar cuenta de esa mente y las creaciones de sus descargas eléctricas? Con Isla partida estamos ante el trabajo más valiente y arriesgado de Daniela Tarazona. Una experiencia narrativa y poética donde cuerpo, memoria y delirio entran en tensión; una exploración de la mente y la escritura como campos electromagnéticos en la que distintas corrientes y voltajes chocan para recomponer el mundo y, por tanto, la identidad del yo.
Después de haber pasado por sus respectivos infiernos, Sophie y Logan se conocen en un grupo de apoyo. La química entre ellos es inmediata: sienten que pueden contárselo todo e incluso compartir el peso de su dolor con el otro. Sophie le confiesa cómo su madre cayó en la adicción, abandonándola, y Logan comparte la historia de la muerte de su mejor amigo. Juntos irán desenredando los traumas que los atrapan, comprendiéndose mutuamente y volviendo a confiar en el mundo y en sí mismos. Una novela sobre dos almas que se encuentran, quizá, porque estaban destinadas a hacerlo.