En su remota mansión de los Pirineos, los Watson se preparan para celebrar las fiestas navideñas como una familia cualquiera: reencuentros esperados, mucha comida y bebida y la firme promesa de no hablar de política. Pero los Watson no son una familia cualquiera, ya que entre sus miembros se encuentran los tres inspectores de policía más reconocidos del país: Richard Watson, patriarca y sabueso a la antigua usanza; Eugenio Watson, su hijo, obsesionado con el análisis exhaustivo y científico de la escena del crimen, y Florencia Watson, su peculiar y perspicaz nieta.
Cuando un grito corta el aire helado de la mañana de Navidad, la mansión de los Watson se convierte en la escena de un crimen. Miriam, la hermana mayor del clan, ha aparecido muerta en su cuarto, sobre un charco de sangre, pero sin herida alguna, y con marcas de haber sido estrangulada. Solo hay algo seguro: el culpable se encuentra dentro de la casa. Richard, Eugenio y Florencia -abuelo, hijo y nieta-, tendrán que poner a prueba sus diferentes métodos para resolver el caso antes de que el asesino ataque de nuevo.
Se dice que cuando John F. Kennedy hizo su famosa declaración en la radio, («no preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino más bien qué puedes hacer tú por el país»), Patricia Highsmith se levantó, fue a la cocina y dio de comer a los gatos. Estos animales, que desde siempre han fascinado a hombres y mujeres de letras —la lista es inagotable, pero baste nombrar a Baudelaire, Poe, Colette, Borges, Huxley, Cortázar, Hemingway y Doris Lessing—, fueron fi eles compañeros de Highsmith a lo largo de su vida. Llegó a tener seis, que dormían en su cama, se sentaban en su escritorio y fueron objeto de su obra literaria y artística de manera sostenida.
La luz es la mano izquierda de la oscuridad, y la oscuridad es la mano derecha de la luz. Las dos son una, vida y muerte, juntas como amantes en kémmer, como manos unidas, como el término y el camino.»
«Escribiré mi informe como si contara una historia, pues me enseñaron siendo niño que la verdad nace de la imaginación». Así comienza su relato Genly Ai, enviado al planeta Gueden —también llamado Invierno por su gélido clima— con el propósito de contactar con sus habitantes y proponerles unirse a la liga de planetas conocida como el Ecumen. Los guedenianos tienen una particularidad que los hace únicos: son hermafroditas, y adoptan uno u otro sexo exclusivamente en la época de celo, denominada kémmer.
En Ciudad de cristal, un escritor de novela policíaca se convierte por azar en protagonista de una investigación real y se ve actuando como un detective por las calles de la ciudad de los rascacielos mientras se cuestiona quién es en realidad. En Fantasmas, Azul es contratado por Blanco para seguir a Negro a todas horas, lo que le lleva a perderse en un laberinto de preguntas en el que no está claro quién persigue a quién. En La habitación cerrada, el personaje principal recibe el encargo de buscar a un amigo de la infancia desaparecido que ha dejado una maleta llena de manuscritos inéditos que deseaba que fueran publicados.
Irène Némirovsky escribió en todo momento y en todo lugar. Y, desde los veintiún años hasta su deportación y fallecimiento en el campo de concentración de Auschwitz, publicó constantemente. Algunas de sus novelas, como El malentendido, El vino de la soledad o Jezabel, aparecieron en revistas de la época antes de convertirse en libros, al igual que muchos de sus relatos breves, que se hicieron conocidos gracias a semanales de corte femenino. Más tarde, con el recrudecimiento de la guerra y los estatutos antisemitas del gobierno de Vichy durante la invasión alemana de Francia, las cosas se complicaron. Pese a necesitar el dinero más que nunca, sus historias comenzaron a ser rechazadas; y, cuando no lo eran, debía utilizar pseudónimos, como Pierre Neyret o Denise Mérande.?? No fue hasta sesenta años después de su muerte que Némirovsky encontró su lugar en el panteón de las grandes escritoras del siglo xx, a partir del premio Renaudot a su inconclusa novela Suite francesa.
¡No te pierdas el nuevo manhwa oficial que amplía el universo creado por Ubisoft! Si eres fan de Assassins Creed, el videojuego creado por Ubisoft con millones de jugadores en todo el mundo, no puedes perderte este nuevo cómic oficial protagonizado por Edward Kenway. dward Kenway vuelve al mar para vivir una aventura única en Asia. Sumérgete en el corazón de la acción con el Salto de Fe y luego embarca junto a él en la búsqueda de un tesoro misterioso, abandonado por los antiguos. En esta emocionante carrera contrarreloj, Asesinos y templarios no son los únicos que codician riquezas de una civilización perdida ¡Surca los mares junto a los piratas más astutos en un viaje épico a través del Mar de China!