Cuentos telúricos es una antología de cuentos casi fantásticos, o una colección de relatos mágicos por poco. En Cuentos telúricos caben los califas venerables, los hombres reptil, las niñas listas, los personajes atrapados dentro de personajes, las cartas llegadas del futuro, los círculos en los campos de cereal, los volcanes furibundos, las declaraciones de amor cuántico, los gatos, las abducciones, los calamares gigantes, las fábulas sin moraleja, las emanaciones invisibles surgidas del corazón de la tierra, los curas inmateriales, las mujeres del tiempo... Rodrigo Cortes demuestra una vez más que, si realidad y magia no son lo mismo, son, para su pluma, indistinguibles.
Una maestra llega a la escuelita y varias vidas cambian. La de esa decena de chicos siempre con ganas de galletitas y gaseosa, que van del garabato a la letra, de los botones de colores a las cuentas matemáticas, de los piedrazos a la poesía. La de Dylan, que un día se asoma desafiante desde el techo. Y la de ella misma, que apenas recibida ha migrado desde un pueblo del interior y completa su salario como moza. De lejos, la Ciudad parece un castillo. De cerca, es una fortaleza inexpugnable. En ese ida y vuelta, clase a clase la Seño va transformándose. Los chicos crecen, las adolescentes se convierten en madres y Dylan, que rescató a un cachorro de morir ahogado y dio de comer en el pico a un pichoncito, busca sosiego a su profundo dolor de niño que ha caído de su propio nido.
Con humor, ternura y una prosa delicadísima, Marie Gouiric nos conmueve desde la primera a la última página y hace que nos preguntemos quién aprende y quién enseña una vez que alguien se entrega de corazón a los demás.
Verano de 1873. El Alexandra Palace acaba de inaugurarse a las afueras de Londres y la vida tranquila de la joven Mary Hessler, que trabaja muy cerca de allí, está a punto de cambiar. Una noche cometerá un acto inconfesable que, muchos años después, será decisivo también para Adela Ferri y Marta Soler.
Verano de 1998. Marta, una celadora en el Museo Sorolla, lleva meses intercambiándose mensajes secretos con un desconocido y sus días transcurren entre hipótesis sobre quién estará detrás de ese juego y paseos por las calles de Madrid. Mientras, en Londres, Adela afronta como puede la crisis de su matrimonio y se siente protagonista de una extraña realidad que ella, pese a dedicarse a la escritura, no consigue definir.
Separadas en el tiempo y el espacio, pero unidas por un recorrido marcado por la culpa, los condicionamientos sociales, la obsesión y la búsqueda del amor, las historias de Mary, Adela y Marta nos demuestran que, a veces, basta cortar un hilo para que todo se desmorone a nuestro alrededor, y que cada decisión que tomamos es una pieza de dominó que se vuelva sobre las demás.
Franz Kafka quería reunir las narraciones La condena, El fogonero y La transformación en un único volumen, pero su editor no aceptó pese a que la cohesión temática aportaba otra perspectiva de lectura. Existe en estos textos, decía Kafka, «una relación manifiesta y aún más una secreta, a cuya expresión, mediante su reunión en un libro titulado, por ejemplo, Los hijos, no querría renunciar». El volumen nunca se publicaría en vida del autor, y no fue hasta 1989 que salió a la luz en alemán. La unidad de estos sobrecogedores relatos expone el rechazo que sentía Kafka hacia las figuras autoritarias y dominantes, la angustia ante un futuro incierto y el papel sufriente del hijo con tormentosas consecuencias, tales como la expulsión del hogar o la metamorfosis de uno mismo en la pesadilla de la casa. Así, la presente edición cumple por fin en español la aspiración del gran escritor de Praga.
Jana, una azafata de sonrisa perenne, no se ha quedado corta en asegurar que, si alguna vez se cruza con Ulises González, el actor de películas románticas más famoso del país, le pedirá matrimonio.
Así que cuando su compañera de vuelo le revela que su amor platónico está nada más ni nada menos que en el avión, no le queda otra que aceptar su apuesta y cumplir su palabra.
Siempre se ha dicho que hay que tener cuidado con lo que deseas porque puede volverse realidad.
Pero lo que ella no sabe es que el actor viene de la enésima reunión con su representante, que no deja de insistirle en que debe darle algo de «salseo» a la prensa y echarse una novia..., aunque sea falsa.
Heather conoció a Sean a la edad de cinco años. Se convirtió en su mejor amigo, hasta que Sean tuvo que mudarse a otra ciudad.
Ahora, después de siete años, Sean ha regresado, pero las cosas son distintas y, como era de esperar, Heather también.
El tiempo la ha cambiado, pero Sean está dispuesto a ayudarla, a juntar todas esas piezas en las que Heather dice haberse convertido.
Descubre lo fuerte que puede llegar a ser el amor de dos personas que están destinadas a ser el refugio del otro.