«Despierte, genio.» El genio es John Rothstein, un autor de culto y creador del personaje de Jimmy Gold. Morris Bellamy está fuera de sí no solo porque Rothstein haya dejado de escribir, sino también porque considera que el inconformista Jimmy Gold se ha vendido para dedicarse a la publicidad. Morris decide matar a Rothstein y vacias su caja fuerte para llevarse un verdadero tesoro además del dinero: los cuadernos de notas de una novela inédita. Morris logra esconderlo todo antes de acabar en la cárcel por otro crimen terrorífico. Décadas más tarde, un chico llamado Pete Saubers encuentra el tesoro, y ahora son él y su familia a quienes han de salvar Bill Hoodges, Holly Gibner y Jerome Robinson del vengativo y trastornado Morris cuando salga de la cárcel tras treinta y cinco años.
Hubo un tiempo en que Marco Tulio Cicerón tenía a Julio César en su mano; de haberla cerrado, lo habría destrozado. La fortuna, sin embargo, les ha llevado en direcciones opuestas: mientras su mayor enemigo marcha hacia el norte para tomar el mando de la Galia, Cicerón se ve obligado a huir de Roma para escapar de sus enemigos. Exiliado, apartado de su esposa e hijos, su vida siempre en peligro, al legendario orador le atormenta ser consciente de que ha sacrificado el poder en aras de sus principios. Su regreso exigirá astucia, destreza y coraje, y durante un tiempo será una vez más el senador más importante de Roma. Pero ningún hombre de estado, por inteligente que sea, está a salvo de la ambición y la corrupción de quienes le rodean. Dictator, la deslumbrante conclusión de la trilogía de Cicerón, fue elegido uno de los mejores libros del año por The Guardian, The Herald, The Sunday Times y The Spectator. Una magnífica novela histórica que nos descubre a un hombre brillante e imperfecto, temeroso y valiente, protagonista de uno de los momentos más convulsos de la Roma antigua: el fin de la República.
Una noche de ópera, Soledad contrata a un gigoló para que la acompañe a la función y así poder dar celos a un examante. Pero un suceso violento e imprevisto lo complica todo y marca el inicio de una relación inquietante, volcánica y tal vez peligrosa. Ella tiene sesenta años; el gigoló, treinta y dos.Desde el humor, pero también desde la rabia y la desesperación de quien se rebela contra los estragos del tiempo, el relato de la vida de Soledad se entreteje con las historias de los escritores malditos de la exposición que está organizando para la Biblioteca Nacional.
Tras la temprana muerte de sus padres en un trágico accidente automovilístico, Bianca, poco más que una adolescente, protagonista y voz por medio de la cual se hilvana la narración, se descubre avocada al abismo de su indiferente existencia, dirigida irremediablemente a un camino que no conduce a ningún futuro. Desde entonces dedica sus horas a lavar, tintar y cortar pelo mientras su hermano menor se mezcla con gente de dudosa reputación en el gimnasio donde trabaja. La aparición de dos hombres misteriosos supondrá la oportunidad de cometer un delito que podría rescatarles de las penurias económicas. La pequeña fortuna de un viejo y ciego actor podría resultar en una puerta de huida que los llevase a algún lugar; el que fuera, pero a alguno. Bianca tiene mucho que ganar y nada que perder, pues ¿qué ha de esperar quien ha abandonado toda esperanza?
Murakami vuelve a deslumbrarnos con su estilo conciso, su sutil sentido del humor, su habilidad para construir tramas cautivadoras y escalofriantes, y su maestría para dar cuenta del escurridizo espíritu de nuestro tiempo.
Cerca ya de medianoche, en esas horas en que todo se vuelve dolorosamente nítido o angustiosamente desdibujado, Mari, sentada sola a la mesa de un bar-restaurante, se toma un café mientras lee. La interrumpe un joven músico, Takahashi, al que Mari ha visto una única vez, en una cita de su hermana Eri, modelo profesional. Ésta, mientras tanto, duerme en su habitación, sumida en un sueño «demasiado perfecto, demasiado puro». Mari ha perdido el último tren de vuelta a casa y piensa pasarse la noche leyendo en el restaurante; Takahashi se va a ensayar con su grupo, pero promete regresar antes del alba. Mari sufre una segunda interrupción: Kaoru, la encargada de un «hotel por horas», pide que le ayude con una prostituta china agredida por un cliente. Dan las doce. En la habitación donde Eri sigue sumida en una dulce inconsciencia, el televisor cobra vida y poco a poco empieza a distinguirse en la pantalla una imagen turbadora... pese a que el televisor no está enchufado.
En el resquebrajamiento de una sociedad que ha cortado con sus valores y su pasado, en que los asesinos contratados o sicarios son niños, y en que la impunidad es la norma y la violencia el aire que se respira, por las atestadas calles de Medellín, entre una multitud maldiciente de desempleados y mendigos, de ladrones y atracadores, vendedores ambulantes y fumadores de basuco, van el narrador loco o lúcido y su amante, un adolescente asesino, tratando de ponerle remedio por las malas a lo que no lo tiene. Cuando ya no queda sino rezar y rociar con agua bendita las balas, la iglesita perdida de María Auxiliadora en el pueblo de Sabaneta se vuelve un santuario de peregrinación de los sicarios y a la vez una referencia para las páginas alucinadas de esta novela.