Esa es la palabra que Danny había visto en el espejo. Y, aunque no sabía leer, entendió que era un mensaje de horror.
Danny tenía cinco años, y a esa edad poco niños saben que los espejos invierten las imágenes y menos aún saben diferenciar entre realidad y fantasía. Pero Danny tenía pruebas de que sus fantasías relacionadas con el resplandor del espejo acabarían cumpliéndose: REDRUM... MURDER, asesinato.
Pero su padre necesitaba aquel trabajo en el hotel. Danny sabía que su madre pensaba en el divorcio y que su padre se obsesionaba con algo muy malo, tan malo como la muerte y el suicidio. Sí, su padre necesitaba aceptar la propuesta de cuidar de aquel hotel de lujo de más de cien habitaciones, aislado por la nieve durante seis meses. Hasta el deshielo iban a estar solos. ¿Solos?...
Un hecho fortuito coloca a Andrés Lavriaga, un prófugo que acaba de robar una sucursal de préstamos, y a Julia Bazin, una bióloga que llegó a un punto ciego en su vida, en el mismo escenario y con el mismo rótulo: son los únicos sobrevivientes de un triple accidente de tránsito en la ruta. Así empieza esta historia: con el desenlace de una secuencia que reconfigura la vida de los dos personajes, sus pasados y también el presente, que comparten en el hospital al que son derivados.
El resto del mundo rima narra la experiencia fantasmal de una mujer que desafía la lógica de la existencia. Que escapa de su internación, se esconde en un placar y usurpa la identidad de una doctora para acercarse al otro sobreviviente y, a partir de la vida de él, reinventar la suya. Julia, camuflada como Mónica Elzester, y Andrés, convaleciente, entablan una relación extraña y ambigua. Ambos buscan sentido en la memoria del otro, que se mezcla con películas, sueños y fragmentos leídos.
Joven agraciado y bellísimo, dotado de «toda la pasión del espíritu romántico y toda la perfección de lo griego», Dorian Gray es, cuando lo retrata el distinguido pintor Basil Hallward, la encarnación de la armonía vital incorrupta. Sin embargo, inevitablemente, las pasiones, la maldad, el impetuoso torrente de la vida, irrumpen en su existencia. Para su asombro, Gray descubre que es su retrato quien va asumiendo su deterioro físico y moral, protegiendo, en apariencia, su inmaculada imagen. Publicada en 1890, "El retrato de Dorian Gray" supuso el salto a la fama y la popularidad de Oscar Wilde (1854-1900), quien bajo el disfraz de una historia de atracción irresistible, desarrolla a la vez una fábula en torno al ser y la apariencia, la realidad y la imagen, la vida y el arte.
En su única novela, el divino Oscar Wilde puso al día el mito de Fausto. En este caso, la víctima es Dorian Gray, un bello y presuntuoso joven a quien un amigo hace un retrato al óleo. Cuando Dorian trabe amistad con lord Henry Wotton, un cínico filósofo, este le convencerá de que sus más valiosas posesiones son su belleza y su juventud. Y a partir de ahí, su deseo de que su retrato envejezca mientras él permanece joven se hace realidad. Estamos, simple y llanamente, ante uno de de los libros más bellos e ingeniosos de todos los tiempos.
Cuando se publicó El retrato de Dorian Gray, la crítica moralizante acusó a su protagonista de ser una figura satánica, corrompida y corruptora, sin comprender que era el héroe de una novela que reflejaba la fatalidad de los románticos: Oscar Wilde (1854-1900) había querido hacer de la belleza un refinamiento de la inteligencia; y para ello sumió a su protagonista en una atmósfera de perversión dominada por el arte y los poderes de un misterio que está más allá de la realidad. Pero el autor no se conforma con la simple descripción: incrusta a su personaje en un crimen y, como Edgar Allan Poe en sus relatos, lo rodea de un misterio que la razón no puede explicar. Dorian Gray sigue siendo, más de cien años después de la muerte de su autor, una piedra angular en los debates entre la ética y la estética, en las relaciones que mantienen el bien y el mal, el alma y el cuerpo, el arte y la vida.
"El retrato de Dorian Gray es una novela representativa de la decadencia humana, de llegar a alcanzar el triunfo sin importar los medios y las formas de la pasión olvidándose de los demás. Sin embargo, todos los seres humanos poseemos un alma y una conciencia. ¿Qué ocurriría si esta pudiera mostrarse por medio de una pintura o transformando la fisonomía a medida que la carcoma del mal se haga presente en el cuerpo? De profundis es el título que se dio a la larga carta que Oscar Wilde escribió a su joven amigo Bosie, con quien había mantenido unas relaciones equívocas, desde la cárcel de Reading, donde se vio condenado por cometer presuntos actos homosexuales. Profunda reflexión sobre la dolorosa condición humana, De profundis significa una confesión sincera y emocionada de este tristísimo episodio de la vida de Wilde, en donde el autor intenta reconciliarse consigo mismo y hallar la paz en medio de su humillante situación. El Fantasma de Canterville, escrito por Oscar Wilde (1854-1900), fue el primero de sus relatos cortos en ser publicado. Narra la historia de una familia norteamericana que después de comprar la mansión de Canterville Chase, se ven forzados a convivir con el fantasma que habita la casa. Es uno de los relatos más reconocidos de este autor irlandés y es un excelente ejemplo de su faceta literaria más ligera y humorosa. "