No pudo evitar preguntarse por qué el asesino de sus padres la quería viva. Y si eso no era una razón suficiente para desear estar muerta.
Cuando la mañana del 10 de agosto del año 30 a.C. la reina egipcia Cleopatra es encontrada muerta por la guarnición romana encargada de custodiarla para llevarla a Roma para el desfile triunfal de Octavio, la cólera de los romanos recae sobre sus dos hijos mellizos, Cleopatra Selene (Luna) y Alejandro Helios (Sol), de apenas diez años. Son acusados de haber ayudado a su madre a darse muerte, escatimando así el golpe de efecto que hubiese tenido la presencia de la orgullosa egipcia encadenada por las calles de Roma. Los mellizos, juntos con su hermano menor, Ptolomeo Filadelfo, son apresados y llevados a la península itálica. Son los hijos de la reina vencida y del triunviro Marco Antonio, que se ha suicidado también ante la victoria de Octavio.
Los niños llegan horrorizados a Roma en compañía de su tutor y son obligados a desfilar encadenados ante el carro de Octavio, el futuro emperador Augusto, pero su corta edad despierta la compasión del pueblo romano. En la creencia de que quizá puedan serle útiles en el futuro, Octavio accede a perdonarles la vida y ponerlos bajo la tutela de Octavia, su hermana y la legítima esposa de Marco Antonio, la mujer a la que abandonó para unirse a Cleopatra.
Patricia Fernández inaugura en este poemario una mitología en la que la poesía brota y se transmite bajo la mirada de la Luna. Una Luna lorquiana testigo de las pérdidas, el duelo y las ausencias. Pero también una Luna erótica que atesora el renacer, el regreso a las raíces y la aceptación del cambio. Todo ello construye un círculo donde la muerte y el nacimiento se encuentran. La Anciana, la Mujer y la Niña convergen allá donde nace la vida: el útero, el agua y el Mar.
La loca de la casa es la obra más personal de Rosa Montero, un recorrido por los entresijos de la fantasía, de la creación artística y de los recuerdos más secretos. Es un cofre de mago del que emergen objetos inesperados y asombrosos. PREMIO NACIONAL DE LAS LETRAS 2017 «La imaginación es la loca de la casa.»Santa Teresa de Jesús Este libro es una novela, un ensayo, una autobiografía. La autora emprende en él un viaje al interior en un juego narrativo lleno de sorpresas. En La loca de la casa se mezclan literatura y vida en un cóctel afrodisíaco de biografías ajenas y autobiografía novelada. Y, así, descubrimos que el gran Goethe adulaba a los poderosos hasta extremos ridículos, que Tolstoi era un energúmeno, que Montero, de niña, fue una enana, y que, con veintitrés años, mantuvo un estrafalario y desternillante romance con un famoso actor. Pero no deberíamos fiarnos de todo lo que la autora cuenta sobre sí misma: los recuerdos no son siempre lo que parecen.
La loca de la casa es la obra más personal de Rosa Montero, un recorrido por los entresijos de la fantasía, de la creación artística y de los recuerdos más secretos. Es un cofre de mago del que emergen objetos inesperados y asombrosos.
La lluvia amarilla del tiempo cae silenciosa sobre Ainielle, un pueblo del Pirineo aragones cuyos habitantes decidieron abandonar poco a poco para buscar una mejor vida en otros lugares. Mientras espera la muerte, Andres, su último morador, recuerda, a traves de un emotivo monólogo interior, aquellos tiempos en los que Ainielle era una tierra con futuro y no sólo con pasado.á Publicada en 1988, la segunda novela de Julio Llamazares confirmó al escritor leones como una de las voces más originales en lengua castellana, gracias al lirismo de su estilo y a su preocupación por temas como la memoria histórica o la España despoblada, que apenas habían sido tratados en la literatura española de la epoca.á "Le debo a esta novela más que a ninguna otra, no porque la considere mejor (ninguna lo es para quienes las escribimos, como ningún hijo o hija lo es para sus progenitores), sino porque me permitió despejar las dudas que sobre mi capacidad como escritor tenía, pues fue un reto el escribirla, ya que fundí en ella mis dos almas literarias: la poetica y la narrativa", escribe Julio Llamazares en el prólogo a la presente edición.
Buck es un perro que lleva una buena vida en una granja cerca de San Francisco propiedad del juez Millerr, era el perro que reinaba en el lugar hasta que lo roban y lo venden para pagar una deuda de juego. Buck es llevado entonces a Alaska para ser convertido en un perro de tiro por su físico y buen estado. Lo entrenan como perro de trineo y rápidamente aprende a sobrevivir en las noches frías de invierno y en la sociedad de la jauría observando a sus compañeros. Con el paso del tiempo es vendido y cambia de mano varias veces, mejorando sus cualidades como perro de trineo y líder de la manada.