1498. En pocos años, Santo Domingo se convierte en una espectacular urbe que crece inmersa en un bullicio constante. A su puerto llegan aventureros de toda Europa atraídos por las promesas de abundancia y, por primera vez, ha atracado un barco repleto de mujeres. Muchas han cruzado el océano para reunirse con sus maridos, casarse con conquistadores o forjar una nueva vida. Pero en esa expedición también viaja Jimena, quien ha embarcado con un propósito muy distinto.
Durante la travesía, la joven ha trabado amistad con otras tres mujeres y se han hecho un juramento. Cuando en la isla las aceche el peligro, no solo tendrán que demostrar su arrojo y tesón, sino también confiar en su promesa: ayudarse las unas a las otras para sobrevivir en la primera ciudad del Nuevo Mundo.
El accidente sufrido por su padre junto a su nueva pareja y el asesinato de Gonzalo, el pretendiente que la abandonó en vísperas de su boda, son otra motivación para iniciar una vida propia bajo un nuevo nombre: María González. María sospecha que su madre tuvo relación con esas muertes y, por ello, como detective improvisada, irá descubriendo toda una red de mentiras que implican a su familia, prototipo de aquella burguesía madrileña que enterró y nunca reconoció su apoyo al franquismo con la llegada de la Transición.
Solo un asesino en serie en tiempos de Instagram hará que dos policías se pongan de acuerdo: él, un boomer chapado a la antigua; ella, una milenial con ganas de cambiar el mundo
Una modelo de diecisiete años a la que le falta el ombligo desaparece en Madrid. Los inspectores Martínez y Pieldelobo se hacen cargo de la investigación, pero chocan desde el primer momento. Él es un padre cincuentón y caótico, tierno pero mordaz y un tanto anticuado; ella, una milenial combativa, inteligente y feminista.
Mientras recorren por España lugares misteriosos y templos en apariencia tranquilos, surgen dos hipótesis para desenmascarar a un asesino en serie: o la mafia rusa está detrás de una red de prostitución de lujo o hay un psicópata religioso que pretende enmendarle la plana al mismo Dios.
Este thriller plantea una reflexión irónica sobre la intolerancia, la dicotomía entre pecado y belleza, entre misericordia y castigo, y las relaciones entre el hombre y la mujer como dos seres destinados a entenderse desde el principio de los tiempos.
El verano está terminando y la teniente Valentina Redondo está contando los días para empezar sus vacaciones. Pero algo insólito sucede en el centro mismo del pueblo costero de Suances: el jardinero del antiguo Palacio del Amo ha aparecido muerto en el césped de esa enigmática propiedad.
El palacio es una de las casonas con más historia de los alrededores, y después de permanecer mucho tiempo deshabitada, el escritor americano Carlos Green, heredero de la propiedad, ha decidido instalarse temporalmente en el lugar donde vivió sus mejores veranos de juventud. Pero la paz que buscaba se verá truncada por el terrible suceso, y aunque todo apunta a una muerte por causas naturales, parece que alguien ha tocado el cadáver, y Carlos confiesa que en los últimos días ha percibido presencias inexplicables a la razón.
Melissa, una abogada convertida en una exitosa presentadora de pódcasts, se ha casado recientemente con un hombre cuya primera esposa murió trágicamente, dejándole a él y a su pequeña hija, Riley, atrás. Mientras Melissa y su hermano Mike ayudan a su madre Nancy a trasladarse de Cape Cod a los idílicos Hamptons, la nueva hijastra de Melissa desaparece. Basándose en la experiencia de su propio secuestro, Melissa y Mike se apresuran a encontrar a Riley para salvarla del trauma con el que todavía luchan, o algo peor.
A pesar de la enorme importancia de la obra poética de Percy Bysshe Shelley (1792-1822), a quien Lord Byron definió como «el mejor y el menos egoísta de los hombres», no hay una gran antología de su obra traducida al español. El poeta, ensayista y traductor José Luis Rey, que ya se ha encargado de trasladar al español las poesías completas de Emily Dickinson y T. S. Eliot, así como Harmoiun, una de las grandes obras de Wallace Stevens, ha traducido la antología más completa de Shelley hasta el momento en español, titulada "Donde están los eternos". En ella se puede rastrear al Shelley idealista y plenamente convenbcido de la capacidad visionaria y liberadora de la Poesía. Suya es la frase célebre: «Los poetas son los legisladores no reconocidos del mundo».